El diputado Geninho Zuliani, representante del partido derechista Demócratas, quien está a cargo de la medida provisoria que autorizará la compra de vacunas contra el coronavirus, dijo que incluirá en su informe una disposición para que las personas que acepten inmunizarse firmen un documento deslindando de responsabilidad al gobierno federal por eventuales efectos secundarios atribuidos al fármaco.
La idea expresada por Zuliani, consignada por el diario Folha de São Paulo, había sido apoyada el lunes por el presidente Jair Bolsonaro, quien en más de una oportunidad ha manifestado sus dudas respecto de la eficacia de las vacunas, además de quejarse porque los laboratorios que las están elaborando estarán exentos de responsabilidades en el futuro en caso de que sus productos causen efectos colaterales no deseados.
“Es una gran preocupación del mandatario, y también nuestra, la responsabilidad civil del gobierno federal”, dijo Zuliani este martes en el Palacio de Planalto, luego de reunirse con Bolsonaro, quien desde el inicio de la pandemia ha minimizado su impacto. “El término jurídico es ‘consentimiento informado’. La persona inmunizada va a saber que está consumiendo una vacuna que fue probada en tres fases, pero que no tuvo un estudio más profundo como el de otras vacunas que conocemos”, agregó el legislador.
Zuliani dijo también que las nuevas vacunas “eventualmente pueden presentar algunas reacciones, por lo que el gobierno federal no debe asumir eso a lo largo de las próximas décadas, tratándose de una vacuna que puede traer algún efecto colateral”.
En la noche del lunes, durante sus habituales conversaciones con simpatizantes en las afueras del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial ubicada en Brasilia, Bolsonaro defendió, según consignaron medios brasileños, la existencia de este “consentimiento informado” para aquellos que se vacunen. “Yo tengo que firmar una medida provisoria de 20 billones de reales (algo más de 3.900 millones de dólares) para comprar vacunas. No van a ser obligatorias. Ustedes deberán firmar un consentimiento para poder aplicársela. La empresa Pfizer es bien clara en el contrato: ‘no nos responsabilizamos por efectos colaterales’. Entonces, si la gente se quiere dar la vacuna, que se la dé, pero la responsabilidad es suya”, expresó Bolsonaro.
Los dichos del mandatario fueron rechazados por académicos vinculados al ámbito científico. El abogado y director ejecutivo del Instituto Questão de Ciência, Paulo Almeida, dijo que Bolsonaro actuó de manera “extremadamente infeliz e irresponsable” al hablar sobre la firma de un consentimiento de aquellos que se vacunen contra el coronavirus. “En primer lugar, porque eso no es necesario desde el momento en el que la vacuna tenga una aprobación, sea extraordinaria o regular, del registro de autoridades sanitarias competentes en el tema. Y en segundo lugar, porque el hecho de tener que firmar, en última instancia, va a terminar disminuyendo la cobertura de la vacuna”, dijo Almeida en una entrevista con la cadena Globo.
En la misma línea, la epidemióloga y ex coordinadora del programa nacional de inmunizaciones, Carla Domingues, dijo que la firma de este documento puede hacer inviable la realización de una campaña de vacunación contra la enfermedad. “Estamos hablando de una vacuna que ya va a tener un registro de aprobación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, que terminó la fase tres de pruebas, que ya se demostró que es segura, por lo tanto, no se justifica hacer eso. ¿Cuál es el objetivo de hacer firmar un consentimiento? Eso va a hacer inviable cualquier campaña de vacunación”, afirmó.
La especialista agregó: “En lugar de ir a la televisión y a los medios para hacer una campaña que deje claro la importancia de la vacunación, él [Bolsonaro] dice que la vacuna no es importante, que la vacuna va a hacer mal a la salud y que la población no se debe vacunar”.