A lo largo de 2020, uno de los insumos para medir el avance de la epidemia de coronavirus fueron el número total de contagios y el de muertes atribuidas a la enfermedad. De acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, que recoge datos oficiales de cada país, la cantidad de casos acumulados en el mundo desde que se detectó el virus SARS-CoV-2 es de 82 millones. Se recuperaron 46,6 millones de personas y 1,8 millones murieron.

El país que encabeza las listas es Estados Unidos, donde se concentra casi la cuarta parte de los contagios, 19,5 millones, y murieron 338.700 personas. En número de casos lo siguen India (10,2 millones), Brasil (7,5), Rusia (3,1), Francia (2,6) y Reino Unido (2,3).

En América Latina, después de Brasil, aparecen Colombia (con 1,61 millones de casos), Argentina (1,6), México (1,4), Perú (un millón), Chile (604.000) y Ecuador (210.300). Bolivia suma casi 157.000 casos, Venezuela ronda los 113.000, Paraguay superó los 106.000, y Uruguay los 18.000.

En cuanto a la cantidad de personas que murieron por covid-19, después de Estados Unidos, el primero en la lista, figuran Brasil (192.000), India (148.000), México (124.000) e Italia (73.000).

Otros números que dejó el coronavirus fueron los de su impacto en la economía. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en América Latina los mercados laborales retrocedieron una década, se perdió uno de cada diez puestos de trabajo y se prevé que el desempleo en el cierre del año alcance una tasa de 10,6%, lo que equivale a 30,1 millones de personas, 5,4 millones más que en 2019.

Muchas expectativas están colocadas en las vacunas contra la covid-19. Hay unas 200 en desarrollo. Según informó la agencia de noticias Efe, para el 15 de noviembre ya habían sido reservadas más de 7.000 millones de dosis de vacunas de 13 fabricantes, y 51% de estas eran destinadas a países ricos que sólo reúnen 14% de la población mundial. Estos números, que surgen de un estudio de los investigadores Anthony D So y Joshua Woo, de la Universidad Johns Hopkins, y que fue publicado en la revista British Medical Journal, concluye que la quinta parte de la población mundial no tendrá acceso a las vacunas hasta 2022.