La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff reaccionó con dureza a las declaraciones realizadas el lunes por el actual mandatario Jair Bolsonaro, quien hizo conjeturas sobre las torturas perpetradas por los militares contra los presos políticos durante la dictadura.
Conversando con simpatizantes a la salida del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, Bolsonaro expresó con sorna: “Dicen que Dilma fue torturada y que le fracturaron la mandíbula. Que muestre una radiografía para que podamos ver el callo óseo. Yo no soy médico, y hasta ahora estoy esperando para ver esa radiografía”.
Las reacciones desde el espectro político fueron numerosas y una de las primeras en expresarse al respecto fue la propia Rousseff, por medio de una carta pública. En ella, la ex mandataria, depuesta en un juicio político en 2016, afirma que con sus dichos “Bolsonaro no me está insultando sólo a mí, sino a millares de víctimas de la dictadura militar, torturadas y muertas, así como a sus familiares, muchos de los cuales ni siquiera tuvieron el derecho a enterrar a sus seres queridos”.
Rousseff agrega: “Como no respeta ningún límite impuesto por la educación y por la civilidad, algo que se le debe exigir a cualquier político y todavía más a un presidente de la República, una vez más es desmoralizante ver el cargo que ocupa. Se muestra indigno al faltarme el respeto y con ordinariez por el hecho de haber sido detenida ilegalmente y torturada por la dictadura militar. Quería provocar la risa y reaccionaba con una risa sórdida a sus mentiras y agresiones”.
Finalmente, la ex presidenta expresó que Bolsonaro es “un sociópata que no muestra sensibilidad ante el dolor de otros seres humanos y no merece la confianza del pueblo brasileño”, de acuerdo a lo que consignó el portal Brasil247.
Poco después, otras importantes figuras políticas brasileñas reaccionaron ante las palabras de Bolsonaro. El ex presidente Fernando Henrique Cardoso se solidarizó con Rousseff en sus redes sociales, al tiempo que fustigó al actual mandatario, de acuerdo a lo que informó la red Globo. “Hacer chistes sobre la tortura de ella [Dilma] o de cualquier otra persona es un hecho inaceptable. Se esté de acuerdo o no con las actitudes políticas de las víctimas. Esto se pasó de los límites”, expresó Cardoso, quien gobernó Brasil entre 1995 y 2003.
Otro ex mandatario que se expresó en las redes sociales sobre los desagradables dichos del actual mandatario fue Luiz Inácio Lula da Silva. “Brasil pierde un poco de su humanidad cada vez que Jair Bolsonaro abre la boca. Expreso mi solidaridad con Dilma Rousseff, una mujer detentora de un coraje que Bolsonaro, un hombre que no tiene valor, jamás conocerá”, dijo en sus redes sociales.
En una línea similar se manifestó el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien pertenece al partido centroderechista Demócratas. Maia nació en 1970 en Santiago de Chile, ciudad en la que sus padres se habían exiliado para escapar de la persecución política que se había intensificado en Brasil a partir de fines de los años 60, cuando asumió la presidencia Emílio Garrastazu Médici. “Bolsonaro no tiene dimensión humana. La tortura es burlarse del dolor ajeno. Y lo digo porque soy hijo de un exiliado y torturado por la dictadura. Por eso expreso toda mi solidaridad con la ex presidenta Dilma. Tengo diferencias con ella, pero tengo dimensión del respeto por la dignidad humana”, afirmó Maia en su cuenta de Twitter.
Otro que se sumó a las críticas contra Bolsonaro fue Ciro Gomes, ex gobernador del estado de Ceará y ex candidato a la presidencia por el Partido Democrático Laborista. “Bolsonaro ataca a Dilma por ser flojo, corrupto e incapaz. Mientras ella defiende sus convicciones, él vende el país al exterior y, por su irresponsabilidad, casi 200.000 brasileños ya perdieron la vida”, afirmó Gomes, refiriéndose a los muertos que hay en el país debido a la pandemia de coronavirus.