Después de extensas negociaciones, y a más de cuatro años de que los británicos votaran en un referéndum salir de la Unión Europea (UE), Reino Unido y el bloque regional llegaron el jueves a un acuerdo comercial que establece algunas reglas para los tiempos posteriores al brexit. Las dos partes celebraron a su manera que las tratativas terminaran en un acuerdo, que fue firmado cuando sólo faltaba una semana para que la legislación europea deje de aplicarse en el territorio británico.
“Finalmente podemos dejar atrás el brexit y mirar hacia el futuro”, dijo la presidenta de la Comisón Europea, Ursula von der Leyen. Según citó la agencia de noticas británica Reuters, Von der Leyen concluyó: “Ha sido un camino largo y sinuoso”. A su vez, el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó: “Hemos recuperado el control de nuestro destino”.
El gobernante, entusiasta defensor del brexit, dijo que lo pactado es un “enorme” acuerdo de libre comercio comparable con el que firmaron la UE y Canadá. Para Von der Leyen, fue un pacto “justo y equilibrado” que protegerá los intereses de las dos partes y que establece un “nuevo punto de partida con un amigo de larga data”.
La presidenta de la Comisión Europea destacó también, según informó la agencia de noticias Efe, que el acuerdo establece mecanismos para actuar ante eventuales distorsiones o desequilibrios en el comercio. En esta nueva etapa, la UE mantiene los aranceles y cuotas cero para los productos británicos que entren al bloque, pero podrá imponer sanciones en forma de aranceles a Reino Unido si no cumple con los estándares medioambientales o laborales. Y lo mismo podrán hacer las autoridades británicas.
De acuerdo con Efe, se establecieron principios para controlar que las ayudas estatales que disponga una de las partes no deje en desventaja a la otra, y se establecieron condiciones específicas para el transporte, la energía, las acciones contra el cambio climático y la pesca. Por ejemplo, los barcos del bloque europeo podrán pescar y faenar en aguas británicas por cinco años y medio, con ciertas regulaciones, y se establecieron límites para preservar recursos marinos comunes. Después de ese período, tendrán que sentarse otra vez a negociar, en algunos casos de manera anual.
“Reino Unido ha decidido abandonar la UE y el mercado único, renunciando a los derechos y ventajas de un Estado miembro, y nuestro acuerdo no replica esos derechos y ventajas. Habrá, por tanto, pese al acuerdo, muchos cambios dentro de pocos días, el 1º de enero, para muchos ciudadanos y empresas; es la consecuencia del brexit”, dijo Michel Barnier, el negociador por parte de la UE. Un punto que no está previsto en el acuerdo son las regulaciones para los servicios, entre ellos los financieros, en los cuales Londres es fuerte.
Para la República de Irlanda, que pertenece a la UE, e Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido, lo que firmaron las dos partes mantiene vigentes condiciones establecidas en los acuerdos de paz que terminaron con el conflicto norirlandés, entre ellas, la de libertad de movimiento de personas y tránsito de bienes y servicios.