La carrera de Sérgio Moro dio un nuevo giro.

El ex juez, que se hizo conocido por la operación Lava Jato, anunció que comenzará a trabajar como uno de los directores de la empresa Alvarez & Marsal, que se especializa en recuperación judicial y gestión de activos, y tiene entre sus clientes a la constructora brasileña Odebrecht.

En la operación Lava Jato, Odebrecht fue acusada de pagar sobornos a cambio de contratos con el Estado. Ahora la firma se encuentra en concurso de acreedores, y la consultora que contrató a Moro se encarga de que atraviese este proceso y actúa como su administradora judicial, según informó Globo.

“Ingreso en el equipo de la renombrada empresa de consultoría internacional Alvarez & Marsal para ayudar a las empresas a hacer lo correcto, con políticas de integridad y anticorrupción. No es abogacía ni actuaré en casos de potencial conflicto de intereses”, aclaró Moro en su cuenta de Twitter.

También la consultora anunció el ingreso de Moro y manifestó en un comunicado que el ex ministro estará a cargo del área de disputas e investigaciones. Dijo que el ex juez “se especializa en liderar investigaciones anticorrupción complejas y de alto perfil”, y tiene la capacidad de asesorar a los clientes en cuanto al cumplimiento de las regulaciones.

Sin embargo, las aclaraciones no convencieron a todos. Moro ya había sido muy criticado en 2018, cuando se alió con el entonces candidato a la presidencia Jair Bolsonaro, que había pasado al primer lugar en las encuestas después de que el caso Lava Jato dejara fuera de la carrera electoral al líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, que tenía la mayor intención de voto. Finalmente, Bolsonaro ganó y Moro fue su ministro de Justicia, desde enero de 2019 hasta abril de 2020, cuando esa alianza se rompió.

La incorporación de Moro en Alvarez & Marsal motivó que el Colegio de Abogados de Brasil decidiera pedirle explicaciones al ex juez para analizar si hay incompatibilidades legales. A su vez, según recabó el medio especializado Consultor Jurídico, varios especialistas creen que existen cuestionamientos éticos.

Lenio Streck, docente de posgrados en derecho, dijo a ese medio: “Moro estuvo a cargo como juez de los procesos de Odebrecht, y la consecuencia fue la quiebra de la empresa, que se traduce en una reorganización judicial, ¿y después va a hacerle él la consultoría como abogado (o el nombre que se le dé al papel que ejercerá) a la empresa que se hará cargo de Odebrecht? Parece algo insólito”.

Otro experto, Daniel Gerber, penalista especializado en empresas, consideró que existe un problema ético porque “como magistrado, Moro tuvo acceso a innumerables piezas de prueba que aún no han sido publicadas, y que, sin duda, pueden estar motivando nuevas líneas de investigación que para el público en general son secretas. Con el acceso a tales documentos, podrá estructurar para Odebrecht numerosas líneas defensivas que nunca serían posibles en otro escenario”. Las críticas aludieron también a los vínculos que el ex juez desarrolló con otras instituciones como la Policía y la fiscalía.

En el ámbito político se multiplicaron las críticas a Moro. La presidenta del PT, Gleisi Hoffman, tuiteó: “¡Muy bien! ¿Preside el proceso penal de la empresa y después va a trabajar en su recuperación judicial? Esto después de detonar al PT y participar en un gobierno que fue elegido a raíz de su labor. ¿Qué tal este estándar ético? Los fines justifican los medios. ¡Y qué fines!”.