Durante una visita a los médicos que están enfrentando la expansión del coronavirus, el presidente de China, Xi Jinping, calificó este lunes al virus de “demonio” y, según consignaron medios de prensa nacionales e internacionales, se mostró ante las cámaras con una mascarilla en su primera aparición pública desde que se desató el brote de la también llamada “neumonía de Wuhan”, que hasta la fecha contagió a más de 40.171 personas y dejó un saldo de 908 muertos, según los últimos datos oficiales.

Xi se había mantenido al margen del tema y había nombrado al primer ministro, Li Keqiang, al frente de un grupo de trabajo para enfrentar el brote surgido en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei. Sin embargo, este lunes el mandatario chino apareció con una bata quirúrgica blanca y una mascarilla azul en el hospital Ditan de la capital Beijing, para observar las instalaciones, los tratamientos y comunicarse vía videoconferencia con los médicos que trabajan directamente en Wuhan.

Luego, visitó una residencia en el centro de Beijing, donde le tomaron la temperatura y conversó con los trabajadores. Su comparecencia pública ocurre justo cuando millones estaban volviendo a sus labores habituales, después de unas vacaciones del Año Nuevo Chino prolongadas por el gobierno, en su afán de frenar la propagación de la enfermedad.

Sin embargo, millones de personas de la provincia de Hubei, donde comenzó el brote, no regresan al trabajo porque, al ser el foco del brote, deben seguir confinadas. Fuera de la provincia en cuarentena, muchas compañías limitan el personal. Por ejemplo, el gobierno de Shanghái sugirió reducir las concentraciones de personas con horarios de trabajo escalonados, cortar los sistemas de aire acondicionado, evitar las comidas en grupo y respetar una distancia de al menos un metro entre los colegas de trabajo.

En sus declaraciones, Xi Jinping afirmó que no hay duda de que China tiene la capacidad para lograr un triunfo pleno en la lucha contra el brote de la neumonía causada por el nuevo coronavirus, con una confianza más firme, una determinación más fuerte y medidas más decisivas para afrontar este mal. De todos modos el mandatario de la nación asiática reconoció que la situación sigue siendo muy grave.