Una investigación de The Washington Post y la cadena pública alemana ZDF descubrió que la CIA y los servicios de espionaje de la entonces República Federal Alemana espiaron durante años a distintos países con máquinas de encriptación.
Durante décadas, la empresa suiza Crypto AG, propiedad de la CIA y de BND (los servicios secretos alemanes), comercializó miles de máquinas de encriptado a unos 100 países de todo el mundo, como Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, México, Colombia, Perú, Venezuela, Nicaragua, España, Grecia, Egipto, Arabia Saudí, Irán e Irak, entre otros, publicó la agencia Efe.
Esas máquinas permitieron a la CIA decodificar miles de mensajes que podrían estar relacionados con episodios como el golpe militar de 1973 en Chile; el de 1976 en Argentina; el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington en 1976; la revolución sandinista en Nicaragua y la guerra de las Malvinas, informó El País de España.
En el caso de Argentina, la administración de Ronald Reagan aprovechó en 1982 el uso por parte del gobierno argentino de la tecnología de Crypto AG para entregar datos de Inteligencia al Reino Unido durante la guerra de las Malvinas.
Según la investigación del Post, se hacía necesario controlar a Boris Hagelin (inventor de la máquina encriptadora, bautizada como M-209) para que limitara la venta del codificador a países aprobados por Washington. En definitiva, Crypto no debía caer en manos de los soviéticos, los chinos o los norcoreanos.