Dos importantes espaldarazos internacionales cosechó este miércoles el gobierno argentino, que en el marco de la gira por Europa de varios de sus máximos dirigentes, incluidos, claro está, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, busca apoyos para la negociación de la deuda que está llevando adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad a la que el Estado argentino le adeuda aproximadamente 44.000 millones de dólares.
Uno provino del papa Francisco, quien durante su intervención en un encuentro realizado en Roma y organizado por el Vaticano, denominado “Nuevas formas de fraternidad solidaria de inclusión, integración e innovación (I+I+I)”, llamó “a la acción” de los pueblos para aliviar la carga de la deuda de las naciones más endeudadas. La alusión directa a la situación argentina fue escuchada por la presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, quien estaba sentada al lado de Guzmán. El pontífice dijo que “no se puede pretender que las deudas sean pagadas con sacrificios insoportables”. El evento se produjo horas antes de la cena que el funcionario del gobierno argentino tuvo con la jerarca búlgara, quien desde que asumió ese cargo para reemplazar a la francesa Christine Lagarde, se mostró abierta a escuchar la posición del nuevo gobierno argentino ante la dura situación económica y financiera que debe afrontar tras la deficitaria gestión en la Casa Rosada del ex presidente Mauricio Macri.
Paralelamente en París, nueva escala de su gira europea, Fernández obtuvo el respaldo de su par francés, Emmanuel Macron, en la negociación del Estado argentino con el FMI. “Francia lo acompañará y se movilizará con el FMI para ayudar a Argentina al camino del crecimiento y a una deuda sostenible”, afirmó el mandatario europeo. Fernández asistió al encuentro con Macron tras reunirse con empresarios franceses, a quienes les planteó las dificultades que encontró al comenzar su gestión hace poco menos de dos meses. “Con Macri vivimos un 2001 por goteo”, graficó ante los hombres de negocios, a quienes les dijo también que el escenario “es, en números, peor que en la posconvertibilidad”.
Al recibirlo en el Palacio del Elíseo, Macron le manifestó: “Quisiera darle las gracias por haber venido a Europa poco tiempo después de su toma de posesión. Estamos felices de recibirlo y de que nos visite”.