El presidente de Argentina, Alberto Fernández, brindó ayer una conferencia de prensa acompañado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el jefe de gobierno de la capital, Horacio Rodríguez Larreta, que pertenece a la coalición opositora Cambiemos. Allí anunció las nuevas medidas adoptadas para frenar la propagación del coronavirus. Ayer en Argentina ya eran 56 las personas que habían contraído la enfermedad Covid-19, generada por el nuevo coronavirus. Dos de ellas murieron, ambas mayores de 60 años que tenían afecciones previas.
Al igual que en otros países, incluido Uruguay, en Argentina las medidas se vienen adoptando de manera acelerada para reducir al máximo los casos de contagio. La última tanda, anunciada ayer, incluye la suspensión de las clases por 15 días, aunque –al igual que en Uruguay– las escuelas permanecerán abiertas para alimentar a los estudiantes que asisten a los comedores, y el cierre total de las fronteras, también por 15 días, excepto para los argentinos que quieran regresar a su país.
Además de estas dos medidas, se anunció que todas las personas de más de 60 años, la población de mayor riesgo, se tomarán licencia obligatoria y se adoptarán medidas para reducir el transporte público durante 15 días, con el objetivo de promover la paralización de todo el país. Otras medidas son el cierre de los parques nacionales, la suspensión de espectáculos y actividades recreativas, y el trabajo a distancia, en la medida en que sea posible.
Fernández informó también que se están evaluando otras medidas, como cerrar shoppings e hipermercados. “Hay que hacer todo lo posible para que el virus no circule entre nosotros. Ganar tiempo es muy importante, porque podemos administrar la cuestión sanitaria”, dijo. “Estas medidas no suponen ningún agravamiento de la situación que conocíamos hasta hoy”, añadió, y consideró que con estas medidas se está atacando el problema a tiempo para “evitar que el crecimiento sea exponencial” y no se pueda manejar.
El mandatario también advirtió que el Estado va a ser inflexible con quienes tienen que cumplir la cuarentena, uno de los aspectos que más críticas han generado en Argentina, debido a la presunta falta de control de quienes llegan al país. “Los que no cumplan la cuarentena vamos a ocuparnos de perseguirlos penalmente”, aseguró.
Ayer, en esta línea, el gobierno argentino deportó a 270 turistas que se negaron a cumplir la cuarentena después de llegar al país. En un operativo de la Policía y Migraciones en el hotel Sheraton de Buenos Aires, 90 personas eligieron volver a sus países para evitar permanecer encerradas 14 días. El gobierno indicó que operativos de este tipo se llevaron a cabo en 70 hoteles de todo el país. No trascendió información sobre si otros turistas fueron deportados.
En Ezeiza, paralelamente, 180 extranjeros que iban a entrar a Argentina se negaron a cumplir el protocolo dispuesto por las autoridades, por lo que fueron devueltos a sus países de origen.
En otro tramo de la conferencia, Fernández aseguró que es “claro” que la actividad económica va a verse afectada por la pandemia del coronavirus, no sólo en Argentina, sino en todo el mundo. En este sentido, agregó que hoy se reunirá el gabinete económico y social, y anunciará “una serie de medidas económicas a tomar para paliar los efectos de esta pandemia”.
Fernández también dijo que la posibilidad de una cuarentena generalizada está descartada por el momento, pero hizo hincapié en que la situación es muy dinámica, por lo que pueden implementarse nuevas medidas en cuestión de horas.