El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, viajó al estado de Florida, donde además de reunirse el sábado 7 con el mandatario republicano Donald Trump, participó junto con su comitiva en varios eventos con empresarios, con la intención de potenciar las relaciones comerciales entre ambos países, así como en reuniones con representantes de organizaciones afines a su ideología. En ese marco, este martes el ex capitán ultraderechista afirmó que lo que se dice sobre la epidemia del coronavirus “no tan así” como aseveran los grandes medios de comunicación a nivel global, a los que culpó de magnificar “el poder destructor superdimensionado” del Covid-19.
En referencia a los vaivenes económicos que la novedosa enfermedad está causando en vastas regiones del mundo, Bolsonaro sostuvo: “Obviamente tenemos un momento de crisis, pero es una pequeña crisis. Desde mi punto de vista, la cuestión del coronavirus es mucho más fantasía y no es tan así como los grandes medios propalan y propagan por todo el mundo”, según consignó Folha de São Paulo.
Pero un día antes, en la noche del lunes, Bolsonaro se refirió a otros temas que por estos días ocupan parte de la atención del usualmente agitado escenario político brasileño: el acto convocado por redes de apoyo del mandatario, que se manifestarán en abierto rechazo a la actuación del Congreso y de la Justicia.
Una cuestión que en las últimas semanas mantuvo enfrentados al Ejecutivo y al Legislativo brasileños es la del presupuesto. El gobierno de Bolsonaro quiere que el Congreso le ceda aproximadamente 3.216 millones de dólares para garantizar la autonomía presupuestal del Ejecutivo. El proyecto de ley 4 del Congreso Nacional (PLN4), al que se refiere el presidente, es parte del acuerdo que se hizo con los parlamentarios para evitar la revocación de sus vetos a la ley de directrices presupuestarias, negociada por el equipo económico y con la aprobación del propio presidente.
Los parlamentarios no han cedido, y esa puja fue clave para sumar un elemento más a la convocatoria. Acerca de esta cuestión, desde Estados Unidos, Bolsonaro directamente presionó a los integrantes del Congreso al afirmar ante su auditorio que si el Parlamento cede a su reclamo, las manifestaciones convocadas para el 15 de marzo pueden suspenderse o, en caso de que se hagan, no tener la misma fuerza, de acuerdo a lo que informó la agencia de noticias Reuters.
“Creo que si hasta el día 15 los presidentes de la Cámara y el Senado anuncian algo respecto de decir que no aceptan esto, y si tienen dudas en lo tocante a la propuesta, creo que pueden posibilitar incluso un punto final de la manifestación”, sugirió el presidente, que a continuación amplió: “A mí entender sería lo mejor para mostrar que estamos alineados [Ejecutivo y Legislativo] a los intereses del pueblo brasileño”. Bolsonaro concluyó diciendo: “A fin de cuentas, debemos seguir el norte que nos apunta el pueblo. Y lo que el pueblo quiere, que es lo que está en discusión allá en Brasilia, es que el Parlamento no sea el dueño del destino de esa parte del presupuesto. Eso es lo que está en juego en este momento”.