Los diputados rusos adoptaron este martes en segunda lectura las enmiendas constitucionales impulsadas por el presidente Vladimir Putin, que le abren la vía al mandatario para poder permanecer al frente del gobierno del país hasta el año 2036.

De acuerdo a lo que informó la agencia EFE, el texto fue aprobado por 382 votos a favor –los del partido de Putin, Rusia Unida y la de sus aliados–, 44 abstenciones –las de los integrantes del Partido Comunista– y ningún voto en contra en la Duma, la cámara baja del Parlamento. La tercera y última lectura tendrá lugar hoy, e inmediatamente después el texto será sometido al visto bueno de la Cámara Alta del Poder Legislativo ruso, el Consejo de la Federación.

Luego de aprobadas las reformas impulsadas por el mandatario de 67 años –quien está en el cargo de presidente en forma ininterrumpida desde 2012, pero que antes había gobernado el país entre 1999 y 2008–, este se presentó en la Duma, donde brindó un discurso en el que dejó clara su voluntad de seguir al frente del Ejecutivo.

En su comparecencia ante el Parlamento, Putin consideró que es “posible reinicializar” el período que limita a dos los mandatos presidenciales, tras la adopción de la revisión constitucional, a condición de que “los ciudadanos la aprueben”, y dejó en manos del “Tribunal Constitucional que confirme que ello no es contrario a la ley fundamental”.

Putin apeló al miedo a Occidente, a la sagrada “estabilidad”, a la necesidad de una “fuerte vertical presidencial”, a que el país no está preparado para la “alternancia política” y al respaldo de “la mayoría de la sociedad” para justificar sus planes de no dejar el Kremlin en 2024, como lo exige la actual Constitución de 1993. De acuerdo a la nueva normativa electoral, los mandatos anteriores de Putin no serán tenidos en cuenta, por lo que podrá presentarse en las dos próximas elecciones presidenciales, en los años 2024 y 2030.

Una tercera y última lectura de este paquete de medidas se pondrá a consideración hoy. Posteriormente la reforma constitucional deberá ser aprobada por el Consejo de la Federación antes de ser sometido a votación popular, algo que está programado para el próximo 22 de abril, aunque aún no se difundieron las condiciones de dicha jornada cívica.

“Estoy seguro de que llegará el momento cuando el poder supremo, presidencial, en Rusia no será, digamos, tan personalista y no estará vinculado a una persona concreta. Pero toda nuestra historia ha ido por ese camino”, argumentó el mandatario.

Putin considera que un “poder presidencial fuerte es absolutamente necesario en Rusia”.

Los diputados de la Duma aprobaron también todas las otras propuestas que el Ejecutivo presentó en el mes de enero y que modificarán el sistema político, las garantías socioeconómicas y afianzarán los valores sociales conservadores que propugna el presidente ruso, quien cuenta con un fortísimo apoyo de la iglesia ortodoxa.

Entre otras modificaciones, en la carta magna se incluirá la mención a “la fe en Dios” de los rusos, así como que el matrimonio sólo puede ser celebrado entre un hombre y una mujer.