El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, calificó como un “gran día de la libertad” el 31 de marzo de 1964, el día en que se dio el golpe de Estado en contra del presidente brasileño João Goulart, popularmente conocido como Jango.

También el vicepresidente, Hamilton Mourão, exaltó el inicio de la dictadura, que se prolongó hasta 1985.

“Hace 56 años la Fuerzas Armadas intervinieron en la política nacional para enfrentar el desorden, la subversión y la corrupción que avalaban las instituciones y atemorizaban a la población. Con la elección del General Castello Branco, se iniciaron las reformas que desarrollaron a Brasil”, escribió el número dos del Ejecutivo brasileño.

En una línea similar se expresó el ministro de Defensa de la administración que encabeza Jair Bolsonaro, el general Fernando Azevedo e Silva.

“Los países que cedieron a las promesas de sueños utópicos todavía luchan por recuperar su libertad”, escribió el ministro en su cuenta de Twitter en la noche del lunes. “El movimiento de 1964 es un marco para la democracia brasileña. Mucho más por lo que evitó”, concluyó Azevedo e Silva.