La publicación en el sitio web de Presidencia de la participación de Luis Lacalle Pou en la “oración interreligiosa por la patria” que convocó el arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla, generó críticas no sólo en la oposición sino en la propia coalición de gobierno.

Ayer, el diputado colorado Felipe Schipani había sostenido que no correspondía que “los canales de comunicación del gobierno difundan ese tipo de actividades porque está lesionando la laicidad”, en la medida que el presidente y el resto de los jerarcas habían asistido a título individual y no en representación de los cargos que ejercen.

Esa y otras críticas motivaron una respuesta del secretario del directorio del Partido Nacional, Pablo Abdala, que sostuvo en Twitter que no hay que confundir esa “neutralidad” con “abstencionismo”.

Pero luego, el diputado colorado Ope Pasquet respondió los dichos del legislador, haciendo otra interpretación de la Constitución.

Según Pasquet, “’Facilitar el ejercicio y desarrollo’ del fenómeno religioso equivale a sostenerlo, que es precisamente lo que el Estado uruguayo no puede hacer. Para que la tesis de Abdala fuera de recibo, el texto constitucional tendría que ser otro”. Como ejemplo, puso a la Constitución española, que sostiene en su artículo 16.3: “Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones”

Por lo tanto, para Pasquet “el Estado uruguayo, liberal y laico, respeta a todas las religiones y ampara la libertad religiosa de todas las personas e iglesias; pero no sostiene religión alguna, ni fomenta la religiosidad en ninguna de sus formas, ni se opone a ella tampoco. Es, sí, abstencionista”.