A pesar de la decisión adoptada por el ministro Alexandre de Moraes, quien integra el Supremo Tribunal Federal –la máxima instancia de la Justicia brasileña– de dejar sin efecto la designación de Alexandre Ramagem como director general de la Policía Federal, el presidente Jair Bolsonaro aseguró que su deseo “se va a concretar pronto”. “Quien designa soy yo”, afirmó el ex capitán ultraderechista en la tarde del miércoles en Brasilia, durante la ceremonia de asunción del nuevo ministro de Justicia y Seguridad Pública, André Mendonça, quien reemplazará en el cargo al ex juez Sérgio Moro.

“Tengo mucho respeto por el Poder Judicial, pero nosotros, ante todo, respetamos nuestra Constitución. El señor Ramagem fue impedido de asumir su cargo por una decisión monocrática”, aseveró Bolsonaro. El presidente afirmó que aún pretende nombrar a Ramagem: “Me gustaría honrarlo dándole el cargo y tengo la seguridad de que se va a concretar pronto”, concluyó.

Pero fue el propio Bolsonaro quien anuló la nominación después de la decisión judicial de Moraes. La designación de Ramagem, un oficial de policía de 47 años de edad, quien se desempeñaba como director general de la Agencia Brasileña de Inteligencia, motivó una ofensiva judicial para que no pueda acceder al cargo, teniendo en cuenta los estrechos lazos de Bolsonaro y algunos de sus familiares y allegados cercanos con investigaciones en curso a cargo de la Policía Federal. Moraes dio lugar a un recurso presentado por el Partido Democrático Laborista, en el que se argumenta, empleando las declaraciones del ex ministro Moro en el momento de su renuncia, que el presidente pretende interferir políticamente en la Policía Federal para tener influencia en las investigaciones de la entidad, en algunas de las cuales los principales imputados son los hijos de Bolsonaro.

De acuerdo con el dictamen del jurista, el nombramiento de Ramagem implica la “falta de observancia de principios constitucionales de impersonalidad, de la moralidad y del interés público”. Moraes argumentó además que “en un sistema republicano no existe el poder absoluto o ilimitado, porque en ese caso se estaría negando la propia esencia del estado de derecho”.

Por otra parte, este miércoles Bolsonaro mantuvo un cruce dialéctico con uno de sus más acérrimos enemigos políticos en este momento, el gobernador de San Pablo, João Doria. De mañana, cuando salía del Palacio de la Alvorada y se le preguntó acerca de la cantidad de muertes provocadas por la covid-19 en el estado de San Pablo, Bolsonaro les dijo a los trabajadores de los medios que le preguntaran a Doria y al alcalde de la capital paulista, Bruno Covas.

Doria reaccionó rápidamente y en declaraciones públicas le respondió a Bolsonaro que “salga un poco de Brasilia y venga a visitar los hospitales de San Pablo donde hay pacientes agonizando en las camas”. Según consignó la revista Fórum, Doria agregó: “Y si no quiere venir a San Pablo por miedo o por alguna otra razón, vaya a Manaos para ver la realidad de su país”. “Salga de su mundo de odio y sea solidario con la realidad de su país, con los brasileños que lloran a sus muertos”, concluyó el gobernador paulista.

A pesar de que Bolsonaro se mantiene firme en su postura de minimizar la pandemia de coronavirus, los números de infectados y fallecidos siguen aumentando en el país. De acuerdo con las cifras oficiales, en las últimas 24 horas se produjeron 449 fallecimientos atribuidos a la covid-19, con lo que el número total de muertes asciende a 5.511, la mayor parte de ellos en los estados de San Pablo, Río de Janeiro, Pernambuco, Ceará, Amazonas y Maranhão. En cuanto a los infectados, el número total de personas diagnosticadas con la enfermedad en el país es 79.361, aunque debido a la baja cantidad de test de diagnóstico que se realizan, los números reales de personas con el virus seguramente sea muy superior.