El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se presentó ayer en el Senado y presentó la estrategia que tiene pensado llevar adelante su gobierno para comenzar a reabrir el país, uno de los más castigados del mundo por la pandemia de coronavirus.

En su exposición ante los legisladores, Conte brindó detalles sobre la denominada “fase dos” de la reapertura gradual del país, que será a partir del 4 de mayo. El jerarca, de acuerdo a lo que consignó la agencia Efe, afirmó que la que viene será “una fase muy complicada” que pasará por aligerar las restricciones de movimiento, el confinamiento de la población y el cierre de la industria con base en un programa de “aperturas progresivas y homogéneo a nivel nacional”.

En su comparecencia, Conte ofreció detalles sobre sus planes desde el punto de vista sanitario, económico y sobre el apoyo que espera tener por parte de la Unión Europea (UE).

La estrategia sanitaria de su gobierno pasa por cinco puntos; el primero es mantener y hacer respetar la distancia social, y promover el uso extendido de dispositivos de protección individual, como mascarillas y guantes, hasta que se encuentre una vacuna o tratamiento para la covid-19. Además, Italia pretende reforzar su red sanitaria y de prevención, “con particular atención” en las residencias de ancianos, donde el mandatario reconoció que hubo “explosiones incontroladas de contagios”. El gobierno también pretende crear hospitales dedicados exclusivamente a enfermos de covid-19, así como intensificar el uso de pruebas de diagnóstico de la enfermedad.

Por otra parte, a dos días de la realización del próximo Consejo Europeo, Conte exigió una respuesta contundente y solidaria del bloque comunitario para ayudar a los países con mayores dificultades.

“La UE y la Eurozona no pueden permitirse cometer los errores de la crisis financiera de 2008, cuando no se dio una respuesta común. No podemos correr el riesgo, porque no dar una respuesta adecuada y valiente dañaría gravemente al proyecto europeo”, afirmó el mandatario.