“He visto una campaña de noticias en las redes sociales y en grupos de Whatsapp para descalificarme. Yo no me preocupo, ya pasé por eso antes y después de la [investigación judicial] Lava Jato”, denunció ayer Sérgio Moro, el ex juez y ex ministro de Justicia y Seguridad Pública, a través de sus redes sociales. Por el mismo medio, agregó: “Verdad encima de todos. Hacer lo correcto por encima de todos”, parafraseando el lema del presidente, Jair Bolsonaro, “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”.

Moro renunció a su cargo de ministro el viernes, tras lo cual dio una conferencia en la que acusó a Bolsonaro de no actuar conforme con la ley. Según Moro, el presidente quería nombrar al frente de la Policía Federal a una personas de su confianza para que le informara sobre el avance de las investigaciones que lleva adelante la Policía por orden de la Fiscalía. Ya desde entonces se mencionaba –aunque Moro no lo hizo– que una investigación preocupaba particularmente al presidente: la que involucra a sus hijos con lo que se conoce como el “gabinete del odio”, una especie de brigada que a través de redes sociales insulta y desprestigia a quienes se oponen a Bolsonaro, frecuentemente recurriendo a noticias falsas, y que se indaga si está utilizando fondos públicos.

El propio Moro parece ser ahora víctima de una campaña de ese tipo, y en los últimos días se han extendido en redes sociales distintas publicaciones que lo señalan como un traidor del presidente.

Este domingo el programa Fantástico del canal Globo difundió un informe en el que confirma, con base en fuentes que no identifica, que hay un vínculo entre la destitución del anterior jefe de la Policía Federal, Maurício Valeixo, y esa investigación. Además, allí se hizo hincapié en que el designado para liderar la Policía Federal, Alexandre Ramagem, es amigo del hijo del presidente que es centro de esa investigación, el edil Carlos Bolsonaro. Una foto de ambos fue distribuida en las redes sociales por el senador del opositor Partido de los Trabajadores Humberto Costa.

También es amigo de los hijos de Bolsonaro Jorge Oliveira, quien según medios brasileños y la cadena internacional CNN sería designado como sustituto de Moro.

La crisis que derivó en la renuncia del ministro de Justicia y Seguridad Pública tuvo también repercusiones en la Policía Federal: la Asociación de Delegados de esa entidad dio a conocer una carga abierta a Bolsonaro en la que denuncia que hay “una crisis de confianza instalada, tanto de una parte considerable de la sociedad como de parte de los delegados de la Policía Federal”. Agrega que el “contexto creado” por la salida de Valeixo y de Moro “impondrá al próximo director un desafío enorme: demostrar que no fue nominado para cumplir una misión política dentro del órgano”, por lo que corre el riesgo de “enfrentar una inestabilidad constante en su gestión”. Para restablecer un clima de confianza, piden a Bolsonaro que firme un compromiso público de que mantendrá una “distancia republicana” con la Policía Federal y que la institución contará con “autonomía constitucional” establecida por una nueva ley. Bolsonaro no respondió a estos reclamos.