Pese a que la epidemia de covid-19 golpeó fuerte en Estados Unidos y en Irán, los dos países se ocuparon esta semana de renovar su enfrentamiento y las amenazas mutuas. La semana pasada, las autoridades militares estadounidenses denunciaron “movimientos peligrosos” de los Guardianes de la Revolución de Irán. Afirmaron que 11 barcos de patrullaje de ese cuerpo militar ‒al que Washington incorporó a su lista de organizaciones terroristas‒ se acercaron mucho y “a gran velocidad” a embarcaciones de guerra estadounidenses en el golfo Pérsico.

Esta semana, además, los Guardianes de la Revolución lanzaron un satélite militar fabricado en el país, el Nur-1. “Creo que Irán debe rendir cuentas por lo que hizo”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo. Para Washington, Irán violó una resolución de la Organización de las Naciones Unidas que le prohíbe el lanzamiento de misiles militares.

“Ordené a la Armada de Estados Unidos que derribe y destruya todas y cada una de las embarcaciones iraníes que hostiguen a nuestros barcos en el mar”, anunció el presidente estadounidense, Donald Trump, en su cuenta de Twitter. El subsecretario de Defensa, David Norquist, dijo que el de Trump fue “un importante mensaje a Irán”. Afirmó que las fuerzas armadas saben “cómo traducir eso en nuestras reglas de combate”, y que estas “se basan en el derecho inherente a la autodefensa, se basan en la intención hostil y el acto hostil”. El funcionario agregó: “Eso es todo lo que necesitamos para tomar la acción correcta”.

Respuesta iraní

El gobierno de Irán calificó el relato de Estados Unidos sobre lo ocurrido la semana pasada como “hollywoodense”, informó la agencia AFP. El gobierno iraní considera que fue Estados Unidos el que tuvo un comportamiento “peligroso”, y lo acusó de haberle “impedido el paso” a un barco iraní días atrás.

“Nosotros también ordenamos a nuestras unidades militares marítimas que ataquen a los buques de las fuerzas armadas terroristas de Estados Unidos si amenazan la seguridad de nuestras embarcaciones civiles o militares”, señaló el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, según citó la agencia de noticias Efe. Agregó que las fuerzas de Irán están “totalmente determinadas a defender” la seguridad del país, y afirmó: “Cualquier movimiento [indebido] se enfrentará rápidamente con nuestra repuesta decisiva y efectiva”.

Como Washington y Teherán no tienen relaciones diplomáticas, el gobierno de Irán le transmitió su malestar por “el acoso estadounidense y los actos provocativos en el golfo Pérsico” al embajador suizo, Markus Leitner, encargado de representar a los intereses de Estados Unidos en ese país. “Los estadounidenses han experimentado nuestro poder en el pasado y deben aprender de eso”, agregó, de acuerdo con la agencia Reuters.

Los dos países aumentaron su distancia desde que Trump llegó al gobierno. El presidente estadounidense se retiró del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán firmado en 2015, declaró organización terrorista a los Guardianes de la Revolución y dispuso el bombardeo que mató en enero a uno de los líderes de esa fuerza, el general Qasem Soleimani. A esto se agrega el despliegue de embarcaciones militares de la Quinta Flota estadounidense, con base en Bahréin, en la zona del golfo. Según Washington, están allí para garantizar la seguridad en esa zona, transitada por barcos petroleros, pero Teherán considera que su presencia es “ilegal” y que deben retirarse.

Petróleo en recuperación

Por el momento, las tensiones entre Teherán y Washington tuvieron como efecto un aumento en el precio del petróleo. Es frecuente que cuando estas tensiones crecen, aumenten las previsiones de frenos en la producción de crudo en el golfo Pérsico.

Esta vez, el incremento en los precios del petróleo ocurrió después de caídas inéditas, que el lunes llevaron a precios negativos los contratos a futuro con vencimiento en mayo. Esto se debió a la baja en el consumo de combustible en un momento en que la economía mundial está frenada por la pandemia de covid-19. Incluso los especuladores que guardan el petróleo para cuando aumente su precio tienen dificultades para encontrar dónde almacenarlo.

Este jueves, cuando a las tensiones se agregaban otras noticias que apuntaban a una caída en la producción, el precio del petróleo intermedio West Texas aumentó 19,7% y cerró a 16,50 dólares el barril. A su vez, los contratos a futuro de junio superaron los 20 dólares y cerraron casi 7% por encima de la jornada anterior. También el barril de Brent llegó a superar los 22 dólares y a situarse casi 10% por encima de su precio del miércoles.