El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, fue en la mañana de este jueves a la sede del Supremo Tribunal Federal (STF) –la máxima autoridad de la Justicia del país– para presionar al órgano con el propósito de que ponga fin a las medidas de aislamiento social impuestas por los gobernadores estaduales para contener la expansión de la covid-19, que de acuerdo con cifras oficiales infectó a más de 125.000 personas en el país y causó el fallecimiento de más de 8.600.

Al encuentro, que fue coordinado pocos minutos antes de realizarse –el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo brasileño, y las oficinas del STF están a pocos metros de distancia, en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia–, el mandatario ultraderechista acudió acompañado por el ministro de Economía, Paulo Guedes; el jefe de gabinete, el general Walter Braga Netto; el también general Fernando Azevedo e Silva, ministro de Defensa, y alrededor de 20 empresarios, representantes de los sectores más poderosos del país.

Ante la presencia del presidente del STF, José Antonio Dias Toffoli, y de la mayor parte de los integrantes del máximo organismo del Poder Judicial, Bolsonaro pidió la “vuelta a la normalidad” en el país, teniendo en cuenta las consecuencias económicas de las medidas. “Yo diría que la razón de que los empresarios vinieran aquí es que todos queremos que Brasil vuelva a la normalidad. Estamos preocupados con la vida, pero la preocupación por el empleo es también preocuparse por la vida”, argumentó el mandatario.

Según lo que consignaron medios brasileños, el primero en hablar ante los integrantes del STF fue Guedes, que pintó el panorama económico del país y comentó que, a su juicio, corre el riesgo de “convertirse en Venezuela”. En referencia a los empresarios que lo acompañaban, dijo que “ellos venían diciendo que estaban consiguiendo preservar los signos vitales, pero ahora lo que nos dijeron es que la situación está muy difícil y que la economía está empezando a colapsar. Entonces no queremos correr el riesgo de convertirnos en Venezuela. No queremos ni siquiera correr el riesgo de convertirnos en Argentina, que entró en una fase de desorganización, con la inflación en ascenso y toda esa pesadilla de nuevo”.

Según informó el periódico Folha de São Paulo, Bolsonaro dijo frente a los miembros del STF que los empresarios que fueron con él representan a sectores que generan más de 40% del Producto Interno Bruto del país y 30 millones de puestos de trabajo. El presidente sostuvo que todos pueden ser “aplastados” por la crisis económica en caso de que no se reanude pronto la actividad industrial”.

El presidente explicó a los juristas: “Nosotros sabemos del problema del virus y que debemos tener todo el cuidado posible, preservar las vidas, en especial las de aquellos que más riesgo corren, pero tenemos un problema que nos tiene cada vez más preocupados: los empresarios trajeron estas inquietudes, la cuestión del desempleo y de que la economía puede no seguir funcionando. El efecto colateral del combate al virus no puede ser más dañino que la propia enfermedad”. Bolsonaro dijo además que los empresarios querían que los integrantes del STF escucharan en forma directa lo que está pasando en sus respectivos sectores.

A su turno, Dias Toffoli le tiró un palo al presidente y revirtió la presión que le quiso imponer. Dijo que la coordinación de la tarea de volver a reactivar la economía debe ser coordinada por el gobierno federal, en diálogo con los otros poderes, los estados y los municipios. El presidente del STF expresó también que entiende el deseo de las personas de retomar su vida normal, pero agregó que “esas salidas se tienen que hacer de una forma coordinada” e insistió en la necesidad de diálogo que debe existir entre el Ejecutivo y las autoridades estaduales.

El clima del encuentro, según lo que informó la cadena Globo, fue bastante tenso, porque el mandatario transmitió en vivo por medio de sus redes sociales, algo que no había sido acordado previamente con los integrantes del STF, que se vieron sorprendidos. Otra situación que generó molestias entre los juristas fue que Bolsonaro evitó mirar a Dias Toffoli mientras este hablaba. Incluso trascendió que, al finalizar la reunión, el presidente del STF le dijo directamente a Bolsonaro que él y sus colegas estaban molestos por la manera en que el mandatario manejó el encuentro, presionando a otro poder del Estado.