El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, volvió a negar en forma categórica este miércoles haber hecho referencia literal a la Policía en la reunión ministerial del 22 de abril. En dicha sesión, según la versión del ex ministro de Justicia y Seguridad Pública Sérgio Moro, el mandatario ultraderechista le habría pedido un cambio en la jefatura de la Policía Federal para proteger a integrantes de su familia y a algunos aliados políticos. La versión grabada de la reunión fue vista el martes por Moro, su abogado e integrantes de la Policía y del gobierno en una reunión realizada en una dependencia policial ubicada en Brasilia.

Este miércoles, en su habitual contacto con los medios de comunicación a la salida del Palacio de la Alvorada, Bolsonaro argumentó que quería un cambio en la seguridad, pero con el afán de proteger a su familia, y que eso sería responsabilidad del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), que tiene como ministro al general Augusto Heleno Ribeiro Pereira. “Se van a caer del caballo con el video. Yo nunca mencioné ‘Policía Federal’, no está la palabra ‘federal’ en ninguna parte del video. En ningún momento se dice la palabra ‘superintendencia’, nadie habla de investigación de hijos”, argumentó Bolsonaro, de acuerdo con lo que informaron medios brasileños.

En apoyo a las palabras del presidente se expresó el ministro del GSI, quien dijo que el mandatario en la mencionada reunión ministerial expresó que si su seguridad personal estuviese fallando “intentaría cambiarla” y que si no pudiera hacerlo “cambiando al jefe, podía llegar hasta el director o el propio ministro”. En sus declaraciones, Heleno dijo que no hubo ninguna mención expresa a un eventual cambio en la jefatura de la Superintendencia de la Policía Federal de Río de Janeiro, algo que había alegado Moro al renunciar al cargo que ocupaba. En la misma línea que Heleno se manifestó el general Walter Braga Netto, jefe de gabinete del gobierno de Bolsonaro, quien afirmó que el presidente en esa reunión había hablado de su intención de cambiar la “seguridad de Río de Janeiro”, en referencia a su seguridad personal, algo que no tiene relación alguna con la Policía Federal.

Fuentes que tuvieron acceso al contenido de la sesión ministerial afirman que el presidente expresó preocupación por su familia en el momento que habló de la necesidad de cambiar a las máximas autoridades de la Policía Federal del estado de Río de Janeiro. Las mismas fuentes, citadas por la cadena Globo, dijeron que Bolsonaro se expresó en un tono muy fuerte, incluso usando un lenguaje inapropiado, cuando afirmó que en caso de que no se accediese a su reclamo de cambiar el comando de la Policía en Río de Janeiro, él mismo sacaría del puesto al director general de la entidad, Maurício Valeixo, así como al ministro de Justicia, que en ese momento era Moro. Según el relato al que tuvo acceso Globo, Bolsonaro habría dicho a voz en cuello ante los presentes: “No voy a esperar a que jodan a alguien de mi familia. Cambio a todo el mundo de la seguridad. Cambio al jefe, cambio al ministro”.

Valeixo fue cesado el 24 de abril, dos días después de la mencionada sesión ministerial. Esta remoción motivó, a su vez, la renuncia de Moro, quien entendió que la decisión de Bolsonaro había pasado por encima de sus atribuciones al querer interferir en la Policía Federal, lo cual constituiría un delito.

Este miércoles los abogados que representan a Moro pidieron al ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Celso de Mello, que autorice la difusión de la versión completa de la reunión ministerial del 22 de abril, en lugar de la versión editada que se pudo ver el martes. Moro sostiene que en esa reunión quedó probada la intención de Bolsonaro de interferir en investigaciones en curso de la Policía Federal.

Los abogados de Moro consideran que la reunión ministerial es un acto oficial del gobierno y que la divulgación del video de toda la sesión “significará una verdadera lección de civismo”. Según expresaron los abogados en el escrito que presentaron ante uno de los integrantes del STF, el material que se trata en la reunión no contiene “ningún asunto que pueda ser considerado secreto de Estado o que pueda generar un incidente diplomático, ni mucho menos poner en riesgo la seguridad nacional”.