La actualización de cifras de coronavirus puso este miércoles en evidencia la expansión de la epidemia en Chile. Los nuevos contagios fueron 4.328 en 24 horas, y elevaron el total a 82.289. También el número de muertes creció, en este caso a 841, con 35 personas fallecidas en un solo día, en su mayoría en Santiago.
El país está en el tercer lugar de América Latina –después de Brasil y Perú– en número total de casos. “El peor escenario es 100.000 personas contagiadas y contagiantes en el mismo momento. Ese es el escenario para el cual nos hemos preparado desde el principio”, dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Tanto el ministro como el presidente chileno, Sebastián Piñera, reconocieron que algunas proyecciones de avance de la epidemia de covid-19 con que contaban meses atrás son erróneas. Mañalich admitió que las proyecciones de enero “se han caído como un castillo de naipes”, y Piñera manifestó que algunas arrojaban un mínimo y un máximo de contagios tan distantes entre sí que era difícil prever, a partir de esos datos, lo que iba a suceder. Aunque el presidente elogió el trabajo que hizo su gobierno, reconoció que hubo errores.
Por barrios
Chile está bajo estado de excepción. Hay toque de queda nocturno, se suspendieron las clases y la cuarentena se fue aplicando por ciudades o por barrios, a medida que los casos se disparaban. Hasta el 15 de mayo las autoridades se resistieron a aprobar una cuarentena tan extensa como la que se aplica desde entonces en Santiago y su área metropolitana, que comprende a unos siete millones de personas. Pero ante el avance de la epidemia, este miércoles prorrogaron esta medida hasta el 5 de junio.
La capital es la zona más crítica y la que reúne a la mayoría de las 1.250 personas internadas. Mientras que en promedio está ocupado 86% de las camas de CTI de Chile, en Santiago el porcentaje de ocupación llega a 95%, informó la agencia de noticias Efe. Hasta el 18 de mayo, unas 2.000 personas de esa zona fueron trasladados a hospitales de otras áreas del país para evitar que se saturen los de la capital y su zona metropolitana.
“Nosotros no hemos llegado al debate de la última cama”, aclaró el ministro de Salud, en referencia a una situación crítica en la cual dos personas necesiten asistencia respiratoria y sólo haya un cupo disponible. Dijo que, en el punto actual, “este desafío ético” de elegir a quién darle prioridad puede implicar que una persona tenga que ser derivada a otro punto del país, “pero no significa que el paciente no tenga acceso a un respaldo de ventilación mecánica”.
Agregó que han llegado más respiradores mecánicos al país, comprados o donados, y que se prevé ampliar el número de camas que brindan ese tipo de asistencia. Por otra parte, el ministro advirtió que “más de 50% de los casos confirmados son personas menores de 40 años”, y que 12% de quienes necesitaron ser internados son jóvenes.
Otros porcentajes, que surgen de un estudio elaborado por el Colegio Médico y la Universidad de Chile, muestran que la posibilidad de cumplir una cuarentena está condicionada por las diferencias sociales. El informe, citado por Efe, concluye que 15% de las personas que ya tienen diagnóstico de covid-19 sigue yendo a trabajar, y lo mismo hace 43,6% de quienes tienen “síntomas sospechosos”. Estos últimos, además, utilizan el transporte público dos veces a la semana o más.
Esta situación varía según el nivel educativo y la zona en que viven los encuestados. En las zonas con mayor hacinamiento, es más frecuente el contagio dentro de una misma vivienda. Es también allí donde hay indicios de un “aumento potencialmente oculto de casos”, y donde es más probable que no se cumpla con las condiciones de aislamiento.
La investigación constató que quienes tienen menor nivel educativo tienen mayor necesidad de salir a trabajar “para conseguir recursos para la subsistencia”. Esta situación afecta a 27% de esas personas, y no llega a 20% entre los encuestados con más estudios, que tienen mayores posibilidades de trabajar a distancia.
El ministro de Salud dijo el martes que “mucha gente, a pesar de la solicitud de que guarden cuarentena, no lo ha hecho”, y que por eso se va a pasar “a una etapa mucho más estricta”, con “lugares de aislamiento obligatorio para las personas que representen un riesgo para su comunidad”.
A su vez, Piñera convocó el lunes a distintos partidos políticos a acordar una serie de medidas para apuntalar el empleo, la economía y la protección social. Entre ellas, se incluye la entrega de 2,5 millones de canastas a familias que no pueden trabajar porque viven en zonas en cuarentena y que no tienen recursos para comprar alimentos. Varios dirigentes opositores dijeron que están dispuestos a dialogar con el gobierno y que es urgente llegar a un acuerdo de este tipo, aunque algunos advirtieron que para esto es necesario que el gobierno acepte la ayuda y también los puntos de vista de otros sectores políticos.