Por una abrumadora mayoría, los integrantes de la Asamblea Nacional Popular de China, máximo órgano legislativo de la nación asiática, aprobaron este jueves en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín una nueva ley de seguridad nacional para el territorio semiautónomo de Hong Kong, que tiene como objetivo el aumento del control que el gobierno central chino tiene sobre el hongkonés.

La nueva ley fue aprobada a pesar de las advertencias lanzadas en los últimos días por la comunidad internacional, desde Estados Unidos a la Unión Europea (UE), que la consideran una amenaza para los derechos de la antigua colonia británica.

El Parlamento defiende que la legislación tendrá como objetivo abordar la secesión, la subversión, el terrorismo y la interferencia extranjera, sin detallar el tipo de acciones que entrarían en estas cuatro categorías, elevando el temor de los ciudadanos y de la comunidad internacional ante la posibilidad de que Hong Kong pueda perder su autonomía, de la cual goza desde 1997, cuando dejó de ser un colonia de Reino Unido y pasó a estar bajo soberanía china, bajo la idea de “un país, dos sistemas”.

Los detalles de la nueva ley se redactarán en las próximas semanas y, según informaron fuentes del gobierno chino, serán dados a conocer antes de setiembre. Pero la semana pasada, cuando comenzó la sesión anual del Parlamento chino, el tema de la autonomía de Hong Kong fue el primero en ser tratado por los legisladores, lo que motivó una inmediata reacción de protestas en las calles de Hong Kong.

En medio de la incertidumbre, el primer ministro de China, Li Keqiang, dijo que la ley sería buena para la estabilidad y prosperidad a largo plazo de Hong Kong, y que la premisa “un país, dos sistemas” seguiría siendo una política nacional, según informó el sitio France24.

Por su parte Carrie Lam, la jefa ejecutiva de Hong Kong, quien cuenta con el respaldo del gobierno chino que lidera Xi Jinping, dijo que su gobierno trabajaría junto con el de Pekín para completar el trabajo legislativo lo antes posible y aseguró que “la ley no afectará los derechos y libertades que disfrutan los residentes de Hong Kong”.

Pero eso no ha logrado tranquilizar a los críticos. La medida fue denunciada internacionalmente, y los opositores advierten que podría reducir muchas de las garantías legales prometidas a la ciudad cuando fue entregada por el gobierno británico al chino.

En esta línea la legisladora Claudia Mo expresó que la decisión marca “el comienzo de una era triste y traumática para Hong Kong”, según consignó la cadena CNN. “Prácticamente nos han quitado el alma. Nuestra alma que hemos estado atesorando todos estos años, el imperio de la ley, los derechos humanos; nos están quitando todos los valores fundamentales que hemos llegado a conocer”, agregó la legisladora, y dijo que “de ahora en adelante, Hong Kong no es más que otra ciudad de China continental”.

La aprobación de la norma en Pekín generó numerosas repercusiones a nivel internacional. El principal crítico de la norma aprobada por los legisladores chinos es Estados Unidos, y su secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que Hong Kong ya no calificará para recibir un trato preferencial bajo la ley estadounidense, algo que actualmente sucede porque se lo considera un territorio autónomo de Pekín.

La ley de seguridad propuesta fue “sólo la última de una serie de acciones” que socavan las libertades de Hong Kong, dijo Pompeo ante el Congreso el miércoles, horas antes de la aprobación de la ley. “Ninguna persona razonable puede afirmar hoy que Hong Kong mantiene un alto grado de autonomía de China”, afirmó el jerarca de la administración que encabeza Donald Trump.

Ante esta nueva situación, el gobierno estadounidense estaría evaluando suspender los aranceles preferenciales que da a Hong Kong para sus exportaciones al país.

La nueva ley también encontró la oposición de la UE, que le solicitó al gobierno chino que respete la autonomía de Hong Kong. “Concedemos una gran importancia al alto grado de autonomía de Hong Kong”, dijo el martes el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, “en línea con la Ley Fundamental y los compromisos internacionales”. “No somos ingenuos sobre el comportamiento de China”, continuó Michel tras una videoconferencia con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien también manifestó su rechazo y preocupación por la nueva legislación aprobada en Pekín.