Luego de dos noches consecutivas de protestas que devinieron en graves disturbios en Minneapolis y Saint Paul, las dos principales ciudades de Minnesota, el gobernador de este estado estadounidense, Tim Walz, convocó a la Guardia Nacional y declaró el estado de emergencia para evitar nuevas concentraciones callejeras en repudio al asesinato de George Floyd, un ciudadano negro de 46 años de edad quien fue asesinado por un policía blanco en la noche del lunes.
Floyd fue arrestado por la supuesta falsificación de un billete por el agente Derek Chauvin, quien mantuvo su rodilla sobre el cuello del detenido por casi ocho minutos, asfixiándolo. El hecho fue filmado por un transeúnte y causó una gran conmoción, generando una inmediata reacción por parte de muchos ciudadanos de este estado situado en el norte del país.
El propio presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el miércoles que había ordenado al Departamento de Justicia y al FBI que agilizaran la investigación de la muerte de Floyd. “A petición mía, el FBI y el Departamento de Justicia ya están investigando la triste y trágica muerte de George Floyd en Minnesota”, afirmó el mandatario en su cuenta de Twitter.