Como si tuviera pocos frentes abiertos, con el país envuelto en una crisis política permanente, agudizada por la crisis económica y el severo impacto de la pandemia de coronavirus, el presidente Jair Bolsonaro está ahora frente a otro inconveniente. Algo que parecía sencillo, como la nominación del nuevo ministro de Educación, se convirtió en un problema para el gobierno porque la persona designada para el cargo, el ex marino y economista Carlos Decotelli, mintió en su currículum acerca de sus logros académicos.
En el momento en que fue presentado como nuevo encargado de la cartera, Bolsonaro subió en su cuenta de Twitter los títulos universitarios que Decotelli decía tener, pero autoridades de dos entidades educativas mencionadas –la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, donde el aspirante a secretario de Estado dijo haberse doctorado, y la alemana Universidad de Wüppertal, donde supuestamente había obtenido un posdoctorado– negaron que el brasileño haya finalizado curso alguno en sus aulas.
De esta manera la asunción de Decotelli, que se iba a celebrar este martes, fue postergada. No obstante, medios brasileños informaron que Bolsonaro ya estaría barajando nuevos nombres para el cargo, que quedó vacante tras la destitución de Abraham Weintraub, sobre quien pesaba una investigación judicial y que ni bien fue destituido huyó hacia Estados Unidos. De todas maneras, en las primeras horas de la noche de este lunes, luego de haberse reunido con Bolsonaro, Decotelli afirmó: “Soy ministro”, de acuerdo a lo que informó O Globo. Luego dio una explicación escasamente creíble de por qué sus datos en el currículum estaban alterados.
Mientras esto sucede en la trastienda del Palacio de Planalto, el país sigue registrando casos de infectados y fallecidos por covid-19. Según informaron autoridades sanitarias brasileñas, este lunes en el país se verificaron 24.052 nuevos casos de la enfermedad, por lo que el total de personas infectadas desde que comenzó la pandemia es 1.368.195. Además, se dio cuenta de 692 muertes atribuidas al coronavirus, con lo que ahora son 58.314 los fallecimientos adjudicados a esta causa, cifra sólo superada por Estados Unidos donde las muertes son poco más de 128.000.
La agencia de noticias Reuters informó que el número de personas infectadas este lunes está muy por debajo de los cerca de 40.000 casos nuevos de los que se informó entre el martes y el viernes de la semana pasada, y también es menor a los 30.000 encontrados durante el fin de semana.
De todas maneras, las notificaciones de muertes e infecciones por covid-19 en el país suelen ser bajas los días lunes, debido al atraso en el procesamiento de datos de los fines de semana. La semana pasada, por ejemplo, el lunes 22 se registraron 21.432 casos, siendo el único día hábil de la semana en el que el número de test positivos no rondó los 40.000.
Como si todo esto fuera poco, las previsiones económicas para el país son muy poco halagüeñas. Un estudio realizado por técnicos de la Fundación Getúlio Vargas y consignado por el diario Correio Brasiliense indica que el producto interno bruto (PIB) brasileño ya estaba en caída cuando comenzó la pandemia de coronavirus, y actualmente la recesión económica es una realidad desde hace varios meses. De acuerdo a dicho informe, el pico en el crecimiento de la economía brasileña se produjo en el cuarto trimestre de 2019. A partir de entonces, “ya en el primer trimestre de 2020”, el país daba señales y entró nuevamente en recesión aun antes de la llegada a Brasil del coronavirus, que generó impactos negativos en la actividad económica a partir de la segunda mitad de marzo.
Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, el PIB brasileño se contrajo 1,5% en el primer trimestre de 2020. Una economía entra en recesión cuando registra dos trimestres consecutivos de caída, y las proyecciones que existen para el segundo trimestre no son para nada alentadoras: se espera una caída de hasta 15%.