El Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima instancia de la Justicia brasileña, se manifestó con los votos de todos sus integrantes en favor de la legalidad de la investigación abierta por el propio tribunal para determinar responsables de las redes de noticias falsas favorables al presidente Jair Bolsonaro y las amenazas contra los integrantes de este órgano de Justicia.
Desde la semana pasada, según informó Agencia Brasil, el STF estaba considerando un recurso presentado por el partido Rede Sustentabilidade el año pasado para determinar la legalidad o no de la apertura de la investigación, que no fue hecha por iniciativa de la Fiscalía o de la Policía, sino que fue promovida por el presidente del STF, José Antonio Dias Toffoli, que defendió la iniciativa como una forma de combatir la red de noticias falsas que atacan la honorabilidad y la seguridad del STF, tanto de sus integrantes como la de sus familiares.
En el momento de argumentar su voto el ministro Alexandre de Moraes, enumeró las diferentes amenazas que él y otros integrantes del STF recibieron y dijo que para él estos ataques son “hechos delictivos” y no simplemente el ejercicio de la libertad de expresión. “Que violen y maten a las hijas de los ministros del STF en ningún lugar del mundo eso es libertad de expresión. Eso es un acto criminal”, expresó Moraes citando las amenazas realizadas por una abogada oriunda de Río Grande do Sul.
El avance de la investigación judicial es un factor de inquietud para el presidente Bolsonaro, que este miércoles afirmó que la acción emprendida por el STF constituye un abuso y que “está llegando el momento de poner las cosas en su lugar”.
Rodeado de simpatizantes, el mandatario ultraderechista expresó este miércoles a la salida del Palacio de la Alvorada, en Brasilia, que él “no iba a ser el que patee el palo de la carpa. Ellos están abusando. Eso es evidente. Lo que pasó el martes, lo que está pasando en estos días, no fue visto en la historia de la democracia, por más frágil que esta sea. Entonces yo digo que “está llegando el momento de poner las cosas en su lugar”.
Los dichos del ex capitán de 65 años fueron realizados después de que una mujer, que se presentó como una activista conservadora, le dijera al mandatario que él no podía gobernar por la interferencia de los otros poderes del Estado y por los partidos de izquierda. La conversación fue grabada y difundida por simpatizantes del presidente, de acuerdo a lo que informó Folha de São Paulo.
En la noche del martes, a través de varios mensajes en su cuenta de Twitter, Bolsonaro afirmó que no puede “permanecer callado mientras los derechos son violados y las ideas perseguidas”. A su entender, su trayectoria en el gobierno prueba que él siempre estuvo “del lado de la democracia y la Constitución”, y agregó que por el momento ninguna medida adoptada por él demuestra ninguna clase de aprecio por el autoritarismo.
Mientras la suerte de su ministro de Educación, Abraham Weintraub, está echada ‒según se afirmó desde el portal bolsonarista Martes Libre, el anuncio de su salida del cargo se realizará en las próximas horas‒, los números de personas enfermas y fallecidas a causa de la covid-19 siguen en aumento en el país. Según el último balance, las muertes por el virus sobrepasan las 46.500, en tanto que el número de personas infectadas es de 960.309.
Pero volviendo a la investigación emprendida por la Justicia contra sectores de apoyo del mandatario, este miércoles fue detenido en Brasilia el esposo de la militante fascista Sara Giromini ‒más conocida por su seudónimo de Sara Winter‒, por haber tirado petardos contra la cárcel en la que su cónyuge se encuentra detenida.
A propósito de Winter, este miércoles uno de los hijos del presidente, el diputado Eduardo Bolsonaro, la tildó de “presa política” en una publicación en su cuenta de Twitter, según consignó la revista Fórum. “Si en lugar de hacer lo que hizo, criticando a un ministro del STF, lo hubiera hecho con otra autoridad, estaría todo bien”, afirmó.