En una nueva acción autorizada por el ministro Alexandre de Moraes, integrante del Supremo Tribunal Federal (STF), la Policía Federal brasileña realizó este martes 21 allanamientos en seis estados del país en el marco de la causa que investiga la organización y el financiamiento de actos antidemocráticos, además de la red de noticias falsas promovidas por personas cercanas al presidente Jair Bolsonaro. El lunes, en el marco de la misma investigación, habían sido detenidas seis personas, entre ellas la militante de extrema derecha Sara Giromini, más conocida por su seudónimo, Sara Winter.

Uno de los domicilios allanados este martes, de acuerdo a lo que informaron medios brasileños, fue el del diputado federal Daniel Silveira, representante del Partido Social Liberal por el estado de Río de Janeiro, quien adquirió cierta notoriedad dentro y fuera de su país durante la campaña electoral del año 2018 por haber roto una plaqueta que homenajeaba a la edila y activista social Marielle Franco, asesinada en marzo de ese año. En un tuit, Silveira dijo que la Policía estaba en su apartamento porque él “está incomodando a algunas esferas del viejo poder”.

Estas operaciones policiales ordenadas por la Justicia están causando una profunda incomodidad en el seno del gobierno. En ese sentido, el vicepresidente Hamilton Mourão consideró que la acción de la Justicia es “exagerada”.

Según consideró el jerarca durante una entrevista con Folha de São Paulo, haciendo referencia al acto realizado el fin de semana en Brasilia en el que un grupo de simpatizantes del gobierno lanzó fuegos artificiales contra la sede del STF, este hecho no puede considerarse como una amenaza “a media docena de personas que estaban en la calle”, si bien tildó el accionar de “inconveniente”.

“Me parece medio exagerado esto. Creo que considerar una amenaza a media docena de personas que estaban ahí en la calle sería lo mismo que si consideráramos como una amenaza a la gente que aparece a veces con banderas con la hoz y el martillo”, afirmó el general retirado de 66 años.

Por otra parte, Mourão, en tono conciliador, reclamó que exista una mejor comunicación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, ya que a su entender en el vínculo hay demasiados “ruidos”.

“Cuando vos hablás por radio para transmitir un mensaje hay un botón que se llama supresor de ruido, que es lo que hay que accionar en este momento”, agregó Mourão.

También se refirió a los episodios ocurridos durante el fin de semana frente a la sede del STF uno de sus integrantes, el ministro Celso de Mello, quien volvió a alertar sobre la posibilidad de que se instaure nuevamente una dictadura en Brasil. De acuerdo a lo que consignó la revista Fórum, este martes, en el comienzo de la sesión de la 2ª Cámara del STF, el jurista expresó, citando una frase de un ex integrante del cuerpo, Aliomar Baleeiro, que “mientras haya ciudadanos dispuestos a someterse, siempre estará latente la vocación de los dictadores”.

En un claro mensaje hacia el gobierno de Bolsonaro, De Mello expresó que “es necesario resistir con las armas legítimas que otorgan la Constitución y las leyes de la República la independencia y la firmeza de las acciones de la Suprema Corte”. El ministro del STF agregó que “es inconcebible y sorprendente que aún persista, en el seno íntimo del aparato del Estado, un inaceptable residuo autoritario que insiste en decir que puede faltar el respeto o no cumplir las órdenes judiciales”.

Por otra parte el presidente Bolsonaro sigue sin decidir qué hará con el actual ministro de Educación, Abraham Weintraub, quien tiene fuertes resistencias dentro del ala militar del gobierno, pero que cuenta con el apoyo de la denominada ala olavista, compuesta por seguidores del escritor y astrólogo Olavo de Carvalho, oscuro personaje que tiene una fuerte ascendencia sobre el entorno del mandatario, principalmente sobre sus hijos.

Según medios brasileños, Bolsonaro estima a Weintraub y busca una salida honrosa para él, que podría ser designarlo embajador o ubicarlo en otro puesto importante de la administración pública. Pero de acuerdo a lo que informó el diario Correio Brasiliense, otra alternativa que maneja el mandatario es la de quitarle el estatus de ministerio a la educación, que pasaría a ser una secretaría dentro del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Paralelamente, mientras la situación política brasileña continúa siendo inestable, las cifras diarias de personas enfermas y muertas por covid-19 siguen en aumento. En las últimas 24 horas, de acuerdo a cifras difundidas por el Ministerio de Salud de ese país, 1.282 personas fallecieron a causa del virus, en tanto que se confirmaron 34.918 nuevos casos de la enfermedad. En total, desde que comenzó la pandemia se registraron en Brasil 45.421 muertes y fueron diagnosticados 923.189 casos de covid-19.