Los números oficiales brindados por el Ministerio de Salud brasileño no hacen sino evidenciar el profundo alcance de la pandemia en el país. En las últimas 24 horas se atribuyó a la covid-19 el deceso de 1.185 personas, por lo que la cifra de fallecidos llegó a 53.830, el número más alto del mundo, únicamente superado por Estados Unidos. Paralelamente se diagnosticaron 42.725 casos nuevos de la enfermedad viral, por lo que la cifra total de infectados desde que comenzó la pandemia es de 1.188.631.
Según informó el portal Brasil 247, San Pablo, el estado más afectado por la pandemia, tuvo un nuevo récord de diagnósticos positivos en un día, al confirmarse la existencia de 9.347 nuevos casos.
Pero mientras la situación sanitaria en muchos puntos del país está fuera de control –es el caso, por ejemplo, de la ciudad de Blumenau, en el estado de Santa Catarina, donde después de la reapertura del comercio los casos de covid-19 crecieron 40%–, el presidente Jair Bolsonaro sigue centrando sus esfuerzos en su supervivencia política. En ese sentido, el mandatario recibió este miércoles en el Palacio de Planalto a representantes del Partido Social Cristiano, en un intento por ampliar su base de apoyo en el Congreso entre los sectores de centro y entre las formaciones más pequeñas, pero que también cuentan con representación en el Legislativo.
Según informó Folha de São Paulo, Bolsonaro, además de ganarse estos apoyos, también empezará a recorrer el país para inaugurar algunas obras, a fin de establecer una agenda positiva en medio de la crisis política que afronta prácticamente desde que comenzó su mandato, en enero del año pasado. Pero la recorrida del mandatario ultraderechista también pretende evitar que los gobernadores se apropien y capitalicen políticamente obras realizadas con fondos del gobierno federal, además de prestigiar a sus aliados regionales.
Según se informó, este viernes Bolsonaro se trasladará hacia Penaforte, localidad situada en el interior del estado nordestino de Ceará, para supervisar las obras de la llamada ferrovía nordestina, y la semana que viene se prevé que viaje a la ciudad de Palmas, capital del centronorteño estado de Tocantins, donde entregará máquinas retroexcavadoras y otras herramientas de trabajo.
Paralelamente, a nivel judicial, este miércoles se dispuso la liberación de la militante fascista Sara Giromini, más conocida por su seudónimo de Sara Winter, que había sido detenida hace diez días en el marco de una operación que investiga acciones antidemocráticas y amenazas contra integrantes del Supremo Tribunal Federal (STF). La Justicia dispuso que Giromini, de 27 años de edad, deberá usar una tobillera electrónica y tendrá órdenes de restricción, por lo que no podrá acercarse a menos de un kilómetro del edificio en el que funciona la sede del STF ni al Congreso.