El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hubiera preferido mantener en su cargo al ministro de Educación, Abraham Weintraub, que era un colaborador cercano. Pero los enfrentamientos que el funcionario mantuvo con el Poder Legislativo y el Judicial hicieron insostenible la situación y terminaron este jueves en su renuncia. Weintraub la anunció en un video en el que aparece junto al presidente, a quien abraza y manifiesta su agradecimiento.

Los cuestionamientos a Weintraub crecieron desde el domingo, cuando participó en una manifestación convocada en Brasilia por militantes bolsonaristas con consignas que pedían una intervención militar, y el cierre del Congreso y del Supremo Tribunal Federal (STF).

La convocatoria a este tipo de manifestaciones calificadas de antidemocráticas es investigada por la Policía Federal, que el martes allanó la casa de varios dirigentes bolsonaristas sospechosos de haberlas financiado, entre ellos el empresario Luis Felipe Belmonte, uno de los fundadores del partido bolsonarista Alianza por Brasil, el publicista de esa organización política Sergio Lima, y el bloguero oficialista Allan dos Santos. Otro de los investigados es Daniel Silveira, diputado por el Partido Social Liberal, por el que fue electo Bolsonaro. El propio presidente asistió a algunas de estas convocatorias.

En la del domingo, Weintraub reavivó una de las polémicas en las que estuvo involucrado en las últimas semanas, que surgió cuando se divulgó el contenido de la reunión de gabinete del 22 de abril, en la que insultó a los integrantes del STF. “Por mí, mandaba a todos los vagabundos a la cárcel, empezando por el STF”, dijo el ministro en ese encuentro. Allí también calificó a Brasilia, sede de los poderes del Estado, como “un tumor de la corrupción”.

Sus expresiones le valieron pedidos del explicaciones en el Congreso, y organizaciones sociales y políticas reclamaron su renuncia. Pero lejos de dar marcha atrás, en el acto del domingo, Weintraub reafirmó su posición, y en un intercambio con un militante dijo que él ya había dicho “qué haría con esos vagabundos”.

El ministro saliente, además, es investigado por el STF como sospechoso de integrar junto a otros dirigentes oficialistas una red para difundir información falsa. Pero él afirma que quieren callarlo. Eso argumentó, por ejemplo, cuando se difundieron las imágenes del acto del domingo y fue multado por no llevar mascarilla. Su uso es obligatorio en el país, que este jueves superó los 955.000 casos de coronavirus y las 46.000 muertes por covid-19.

Weintraub se indignó cuando supo de la multa. “Me niego a creer que sea verdad. No fui notificado. Parece que soy el único que fue multado hasta hoy [...] Me quieren callar a cualquier precio. ¡¡¡Libertad!!!”, tuiteó. Otra de las investigaciones judiciales que involucran a Weintraub intenta determinar si cometió un delito de racismo al publicar, también en Twitter, comentarios contra la poblacion de China y decir que el coronavirus es parte de “un plan infalible” de ese país para dominar al mundo.

El ministro saliente fue muy activo en las redes sociales durante su tiempo al frente de la cartera, y desde allí dio sus batallas ideológicas. Por ejemplo, criticó una y otra vez en Twitter la figura del Paulo Freire, un referente de la pedagogía que en su opinión representa “el fracaso de la educación izquierdista”. En mayo amenazó con tirar abajo un mural con la figura de Freire que se encuentra frente al ministerio de Educación.

Por otra parte, en la reunión de gabinete en la que insultó al STF, también se lo oye decir que “odia” que se hable de cosas tales como “pueblos indígenas”, porque todos son parte del “pueblo brasileño”. En línea con esa posición, uno de los últimos decretos de Weintraub, publicado este jueves en el Diario Oficial, terminó con una política de discriminación positiva establecida por los gobiernos del Partido de los Trabajadores y revocó la obligatoriedad, establecida en 2016, de que las universidades públicas reserven una cuota en los cursos de posgrado para negros, indígenas y personas con discapacidad física.

En el video de su renuncia, Weintraub informó que Bolsonaro lo invitó a asumir como director en representación de Brasil en el Banco Mundial, un cargo que desempeñará en Washington. “Ya fui director de un banco en el pasado y vuelvo a ese cargo, pero en el Banco Mundial”, dijo. “El presidente ya lo refrendó. Gracias presidente”, dijo.

Weintraub aclaró que está “cerrando un ciclo y comenzando otro”, en el que sigue apoyando a Bolsonaro, como lo hizo “en los últimos tres años”. En ese período “el presidente defendió los mismos valores en los que siempre creí: familia, libertad, honestidad y patriotismo”, agregó. Bolsonaro también habló en el video, y lo hizo en un tono similar. Reconoció que este es “un momento difícil” y manifestó: “Jamás dejaremos de luchar por la libertad”.

La renuncia de Weintraub es la segunda en el Ministerio de Educación y la décima desde que comenzó el actual gobierno, en enero de 2018.