En una conferencia de prensa realizada este miércoles, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, se alejó de la postura confrontativa del presidente Donald Trump y descartó sacar al Ejército a la calle para reprimir las manifestaciones antirracistas que comenzaron la semana pasada luego del asesinato de George Floyd, perpetrado por policías en la ciudad de Minneapolis.
Tras las primeras jornadas de disturbios callejeros, el mandatario republicano dijo que, en caso de que los gobernadores no pudieran controlar la situación, apelaría a la Ley de Insurrección para sofocar las manifestaciones, pero el jefe del Pentágono se expresó en términos opuestos.
“La opción de utilizar las fuerzas de servicio activo en una función de aplicación de la ley únicamente debe usarse como un último recurso, y sólo en las situaciones más urgentes y graves. No estamos en una de esas situaciones ahora. No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección”, sentenció, Esper, un ex militar de 56 años, de acuerdo a lo que consignaron medios estadounidenses.
El funcionario expresó además, según informó la cadena CNN, que el asesinato de Floyd fue “un crimen horrible” y que “los agentes” autores de dicho acto “deberán rendir cuentas”. “Es una tragedia que hemos visto repetirse demasiadas veces”, puntualizó Esper durante su comparecencia en el Pentágono, y aseveró además que “el racismo es real” en Estados Unidos y por lo tanto “todos debemos hacer lo posible por reconocerlo, enfrentarlo y erradicarlo”.