En un intento de cambiar el rumbo de su destino político, el presidente estadounidense Donald Trump informó que remplazó a su jefe de campaña, Brad Parscale, ante las malas perspectivas a menos de cuatro meses para las elecciones presidenciales que se realizarán el 3 de noviembre. En su lugar, el mandatario designó a Bill Stepien, que trabaja en el equipo electoral republicano desde las elecciones pasadas.
“Me complace anunciar el ascenso de Bill Stepien a la jefatura de la campaña de Trump. Brad Parscale, que ha estado conmigo durante mucho tiempo y lideró nuestras tremendas estrategias digitales y de datos, permanecerá en ese rol, como asesor”, dijo Trump en las últimas horas del miércoles en su cuenta de Twitter.
El mandatario dijo además que tanto Parscale como Stepien “estuvieron muy involucrados en nuestra histórica victoria de 2016, y espero que juntos tengamos una gran y muy importante segunda victoria”.
En otro tuit Trump, algo alejado de la realidad, afirmó, comparando las elecciones pasadas con las futuras, que estás últimas deberían ser mucho más fáciles de ganar, “ya que nuestros números en las encuestas están aumentando rápidamente, la economía está mejorando, las vacunas y tratamientos [para el coronavirus] pronto estarán en camino, ¡y los estadounidenses quieren calles y barrios seguros!”.
Pero los hechos indican que la economía estadounidense está siendo severamente golpeada a causa de la pandemia de covid-19, que se sigue propagando ahora con particular virulencia en varios estados del sur del país, como Texas y Oklahoma, lugares en los que el miércoles se alcanzó un récord de casos detectados. Desde la administración de Trump se dice que los números de infectados de covid-19 están en aumento porque se realizan más pruebas, pero por la causa que sea, la crisis sanitaria le está pasando factura al presidente, que aparece en las últimas encuestas presidenciales al menos diez puntos por debajo de su oponente, el demócrata Joe Biden.
En la noche del miércoles se publicaron los resultados de las encuestas realizadas por la Universidad de Quinnipiac, del estado de Connecticut, y de la cadena NBC.
De acuerdo a los números de la primera encuesta, 52% de los votantes estadounidenses apoyan a Biden y 37% a Trump, por lo que la diferencia porcentual entre los candidatos es de 15 puntos, ocho más que en la encuesta realizada por la misma entidad en el mes de junio. El sondeo difundido por la NBC también muestra adelante a Biden, que obtendría 51% de las adhesiones contra 40% del actual mandatario. Los puntos porcentuales de diferencia en esta encuesta son 11, cuando en el mes anterior la ventaja del demócrata sobre el republicano era de siete.