El presidente kosovar, Hashim Thaçi, dijo que su declaración este lunes ante los fiscales del Tribunal Especial para Kosovo (TEK), con sede en La Haya, por los diez cargos de crímenes de guerra y de lesa humanidad que pesan contra él, es “el precio por la libertad” de su país. Según afirmó el mandatario balcánico en declaraciones recogidas por medios internacionales, “creo en la paz, en la verdad, en la reconciliación y en la justicia, y pienso en el diálogo y en las buenas relaciones con todos nuestros vecinos”.
Thaçi, de 52 años de edad, es acusado de torturas, persecuciones y desapariciones forzadas entre 1998 y 2000, así como por el asesinato de 100 personas, cometidos supuestamente durante su época como comandante del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), en el marco del enfrentamiento bélico que este grupo, formado básicamente por combatientes albanokosovares de religión musulmana, lideró contra las fuerzas serbias. En aquel momento Kosovo era una provincia serbia, posición que Belgrado mantiene hasta el día de hoy, más allá de que en 2008 Kosovo declaró unilateralmente la independencia bajo el auspicio de varios países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza.
Antes de partir hacia la ciudad neerlandesa de La Haya, Thaçi dijo a la cadena albanesa Top Channel que el conflicto desatado por la rebelión de Kosovo contra los serbios fue una acción “limpia y justa”.
El presidente kosovar dijo además que la rebelión “puede haber cometido errores políticos”, pero “no violó el derecho internacional bajo ninguna circunstancia”.
“Kosovo ha sido una víctima. Es cierto que hemos violado las leyes del sistema de Slobodan Milosevic”, el hombre fuerte de Serbia en ese momento, “y estoy muy orgulloso de ello como representante del pueblo y como 'individuo'”, afirmó Thaçi.
El último conflicto en la antigua Yugoslavia, la guerra de Kosovo entre las fuerzas serbias y la guerrilla independentista albanesa de Kosovo, causó la muerte de más de 13.000 personas, en su mayoría albaneses. El conflicto finalizó cuando una serie de bombardeos de países de la OTAN forzaron a los serbios a retirarse del territorio.
Ahora, tras las declaraciones de Thaçi, un juez debe examinar esas acusaciones contra el presidente kosovar para decidir si se confirman los cargos contra él. Thaçi dijo que renunciará a su cargo “inmediatamente” si las acusaciones son confirmadas formalmente. Al mismo tiempo que se resuelve este tema a nivel de la Justicia, el diálogo de normalización entre Serbia y su antigua provincia, que ha permanecido estancado durante casi dos años, se está reanudando bajo los auspicios de la Unión Europea, bloque al que ambos países aspiran a ingresar.
Tras una reunión virtual realizada el domingo, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro kosovar, Avdullah Hoti se reunirán personalmente el jueves en Bruselas.