El ex subsecretario del Ministerio de Economía (1990-1995) y ex vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Gustavo Licandro propuso reducir los salarios de los funcionarios públicos como forma de frenar el aumento del déficit fiscal y afrontar las consecuencias económicas de la pandemia de covid-19. El economista consideró que, dado que “los sueldos nominales no se pueden bajar”, los sueldos públicos deberían tener un aumento “sensiblemente menor que la inflación”. Asimismo, opinó que no debería haber negociación salarial en el sector público, porque “los salarios públicos salen de un presupuesto y de impuestos que paga la sociedad”.

Entrevistado en la radio Carve, Licandro consideró que las múltiples excepciones introducidas por el gobierno al Decreto 90/2020, que limita la renovación de vacantes públicas, reducen el ahorro en materia de gasto público, por lo que habría que apelar a las remuneraciones. Si bien admitió que una medida de este tipo generaría conflictividad social, afirmó que “el camino en el sector público no es negociar” y que “es lo más barato que le puede pasar a la sociedad uruguaya”. “Prefiero eso y no una sociedad empobrecida después de una crisis de tipo cambiaria”, aseveró.

El ex viceministro argumentó que debido a la pandemia y al incremento del gasto social para paliar sus consecuencias, el déficit fiscal podría crecer hasta casi 8%, y advirtió que su aumento “desenfrenado” puede terminar en una “crisis cambiaria”. “La única forma [de evitarlo] es que el salario real empiece a bajar, y eso lo controla el gobierno”, sostuvo. Licandro señaló que “hay que entender que los salarios públicos salen de un presupuesto y de impuestos que paga la sociedad, [y] si los impuestos no son suficientes, ese salario tiene que bajar”.

Respecto de las pautas salariales propuestas por el gobierno para el sector privado, Licandro aseguró que no se trata de un acuerdo “distinto a lo que se venía haciendo en años anteriores”, pese a que este implica pérdida de poder adquisitivo. Asimismo, consideró que el compromiso de ajustar a la alza cuando crezca el producto interno bruto es “incorrecto”, debido a la coyuntura compleja que enfrenta el mercado laboral. “Tenemos cinco años de caída del empleo y una situación muy compleja del mercado de trabajo”, consideró.