El viernes la Mesa Política del Frente Amplio (FA) publicó una declaración en la que informó sobre un acuerdo con el sector Ortodoxia Batllista, del Partido Colorado (PC), para “fortalecer en todo el territorio nacional a los proyectos progresistas que se están presentando a nivel departamental y municipal”. Según la declaración del FA, el acuerdo es “el esfuerzo mancomunado de ambas organizaciones políticas para que las fuerzas progresistas logren la mayor cantidad de ediles, gobiernos departamentales y municipales” en las elecciones del 27 de setiembre.

El sector es liderado por Baltasar Brum, sobrino nieto del homónimo político colorado que fue presidente entre 1919 y 1923, y que se suicidó en 1933, el día del golpe de Estado de Gabriel Terra. El dirigente fue edil y en las elecciones de octubre integró la lista 2000, liderada por Julio María Sanguinetti, como tercer suplente del puesto 36 para la Cámara de Diputados.

Para el balotaje de noviembre la agrupación explicitó su apoyo al candidato del FA, Daniel Martínez –reuniéndose con él–, y Brum señaló a la prensa que resultaba “increíble que a esta altura un batllista tenga que explicar por qué no vota al herrerismo”.

Consultado por la diaria, Brum dijo que la alianza tiene una proyección para los próximos años y que su objetivo es la “formación de un gran espacio batllista”. Además, señaló que en Montevideo su grupo apoya a los tres candidatos del FA.

Déjà vu

A todo esto, este domingo de tarde, conocido el acuerdo entre el FA y la agrupación colorada, el diputado de Ciudadanos Felipe Schipani señaló en Twitter que Ortodoxia Batllista “no existe en los registros del PC ni en los de la Corte Electoral”. Ante esto, Brum dijo que Schipani los “conoce bien”, así como “todo el mundo” dentro del PC. “Yo fui diputado, dos veces edil, director general del Ministerio de Educación y Cultura, presidente de la Comisión del Patrimonio. Ingresé al PC con la lista ACE, Libertad y Cambio, o sea, en la década del 80”, aseguró Brum.

Además, aclaró que, junto con otros colorados, como el ex diputado Aníbal Gloodtdofsky, integraban la agrupación 2085, bajo el nombre Somos Todos, pero como la dirigente Consuelo Pérez no siguió por el mismo camino que los demás, no quisieron “violentar eso”, más allá de que eran “mayoría” (Pérez, de hecho, tiene un cargo en el gobierno, como subdirectora del Programa Mejoramiento de Barrios, del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente). “Además, queremos dar un símbolo fuerte, porque Somos Todos tiene un significado interesante dentro del PC pero afuera no. Nosotros somos esencialmente batllistas ortodoxos, de la primera presidencia de don José Batlle y Ordóñez, y esa es nuestra visión”, señaló.

Schipani recordó a la diaria que este tema es el mismo que surgió en noviembre, cuando Ortodoxia Batllista apoyó a Martínez, ya que “es una agrupación que no existe dentro del PC, no está registrada como tal”. Por lo tanto, “es un acuerdo a título personal”, porque Brum “no tiene una organización política atrás”. Agregó que no conoce a “nadie” que esté “atrás de eso”, ni “dirigentes colorados” ni gente que tenga “un peso relevante”. “Francamente, me llama la atención que el FA avale un acuerdo con una persona, porque es eso, no hay una organización atrás”, insistió.

“Herrerista, y dura”

Brum dijo que la alianza con el FA surgió a raíz de que tienen una “discrepancia fuerte” con el PC, ya que “ha apoyado gobiernos herreristas”. “Si no te gustaba la sopa, dos platos”, señaló, porque hubo un “herrerista candidato a la presidencia”, por el actual mandatario, Luis Lacalle Pou, y una “herrerista, y dura”, como candidata a la intendencia de Montevideo (IM), en referencia a Laura Raffo. Brum agregó que en el PC “hay mucha gente que sabe” sobre el quehacer de la IM, por lo tanto, no entiende “por qué no hay un candidato colorado”. “Raffo es una gran comunicadora, pero es una gran incógnita política”, opinó. 

En cuanto al alejamiento de la política del ex candidato colorado Ernesto Talvi, fundador de Ciudadanos, que también reivindicaba al batllismo en sus discursos, Brum señaló que fue “absolutamente doloroso” pero también la “crónica de una muerte anunciada”. Porque un “gobierno herrerista” es “claramente presidencialista”, y Talvi tenía “una visión más batllista, en el sentido de más colegialista”, y, por lo tanto, pensaba que era parte de “una especie de cogobierno”. Además, resaltó que el gobierno de Jorge Batlle (2000-2005), que también fue de coalición, fue “mucho más conversador”.

Por último, consultado sobre políticas concretas que cataloga de “herreristas”, dijo que si bien “todo el mundo tiene una especie de reciclaje filosófico”, intentar “acortar el Estado es una visión del herrerismo”. “Si tiene plumas y cacarea, es gallina”, finalizó.