Mientras el político opositor ruso Alexei Navalny sigue en coma inducido en el Hospital Charité de Berlín, lugar al que fue trasladado el sábado desde Rusia e internado el jueves luego de haber sido presuntamente envenenado, continúan las controversias internacionales acerca del caso.

Este martes el gobierno ruso, a través del portavoz Dmitry Peskov, rechazó las acusaciones de haber estado detrás de la acción, un día después de que los médicos alemanes que están tratando al político ruso de 44 años de edad defendieran, basándose en análisis de laboratorio, la hipótesis sobre un eventual envenenamiento.

“Estas acusaciones no pueden ser ciertas en absoluto y son más bien un ruido vacío”, dijo Peskov, de acuerdo a lo que consignaron agencias internacionales. El funcionario del gobierno que encabeza Vladimir Putin –blanco de los ataques de Navalny, quien desde hace más de una década viene denunciando hechos de corrupción que ocurren en los más altos niveles de la política rusa– dijo, además, que por el momento Rusia no considera seria la acusación.

El portavoz agregó que no existen motivos para iniciar una investigación criminal sobre la condición de Navalny, y que su estado de salud actual pudo haber sido provocado por una variedad de causas. “Si se encuentra una sustancia (que causó la afección) y se determina que es envenenamiento, habrá una razón para iniciar una investigación”, dijo Peskov, de acuerdo a la BBC.

El lunes, después de que los médicos alemanes confirmaran que lo que generó el cuadro de salud de Navalny es la presencia de “una sustancia inhibidora de la colinesterasa”, aunque sin especificar cuál, el gobierno alemán emitió un comunicado en que pedía a Moscú que se investigara el caso. En el texto, firmado conjuntamente por la canciller germana Angela Merkel y el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, se pide al Kremlin que, debido al “destacado papel que juega el señor Navalny en la oposición política rusa, las autoridades están llamadas urgentemente a investigar este delito hasta el último detalle y con total transparencia”.

Este martes Francia se sumó a Alemania y calificó el envenenamiento de Navalny como “un acto criminal”.

En una declaración realizada por la cancillería francesa, el Ejecutivo que lidera el presidente Emmanuel Macron manifestó “su profunda preocupación” por este “acto criminal” perpetrado a “un actor mayor de la vida política rusa”, de acuerdo a lo que informó el portal France24.

Desde el ministerio de Relaciones Exteriores francés se señaló que es “indispensable que las autoridades rusas realicen una investigación rápida y transparente” que permita “establecer las circunstancias en que este acto fue cometido”. “Los responsables deben ser identificados y presentados a la Justicia”, aseveraron las autoridades francesas, quienes reiteraron su solidaridad con el activista “en estos momentos difíciles”.