Más de 70 personas murieron y miles de personas resultaron heridas luego de una impresionante explosión ocurrida en la mañana de este martes en la zona portuaria de la ciudad de Beirut, la capital de Líbano.

En realidad, las explosiones –al parecer accidentales– fueron dos, la última de ellas, según informaron autoridades del país, en un depósito de nitrato de amonio, un compuesto químico que tiene varios usos, entre ellos la fabricación de explosivos.

El jefe de seguridad interna de Líbano, Abbas Ibrahim, informó que esta segunda explosión se produjo en una zona del puerto en que se almacenan materiales altamente explosivos y otros no explosivos. En declaraciones a periodistas el jerarca se negó a especular sobre la causa de la explosión, diciendo que “no podemos adelantarnos a las investigaciones”, y agregó que el material que la causó estaba en el puerto desde 2014.

Horas más tarde, ya en la madrugada libanesa, y luego de una reunión convocada en forma urgente del Consejo Superior de Defensa de Líbano, que reúne al presidente y a las principales autoridades de las agencias de seguridad del país, Abbas Ibrahim dijo que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio que produjeron la enorme explosión estaban en el puerto mientras esperaban a ser exportadas al continente africano.

Luego de la reunión, en declaraciones publicadas en la cuenta de Twitter de la presidencia, el presidente libanés, Michel Aoun, dijo que es completamente “inaceptable” que se hayan almacenado 2.750 toneladas de nitrato de amonio en un depósito durante seis años sin las medidas de seguridad adecuadas, y prometió que los responsables enfrentarán los “castigos más severos”.

Columna de humo en el distrito de Hamra, en el centro de Beirut, Libano.

Columna de humo en el distrito de Hamra, en el centro de Beirut, Libano.

Foto: Anwar Amro

Tras el encuentro también se anunció que se decidió la conformación de un comité de investigación que tendrá que determinar en cinco días quién fue el responsable de la explosión.

Además, se comunicó que los familiares de las víctimas recibirán una indemnización por parte del gobierno. Paralelamente, se informó que el tráfico de embarcaciones con materiales importados que debían llegar a Beirut deberán dirigirse hacia el puerto de la ciudad de Trípoli, situada en el norte del país.

Conmoción y suspicacias

La onda expansiva que generó la detonación se sintió prácticamente en todo Beirut y causó numerosos daños en edificios de la ciudad, incluso en puntos tan distantes como el aeropuerto, que queda a aproximadamente diez kilómetros del puerto. Obviamente las instalaciones portuarias y sus zonas aledañas quedaron destruidas por la explosión, lo que dificultó el acceso al lugar donde esta se produjo.

La dimensión de la segunda explosión fue tal que muchos habitantes de la isla de Chipre, situada a 235 kilómetros de Beirut, aseguraron haberla escuchado.

El primer ministro libanés, Hassan Diab, dijo, en un mensaje emitido por televisión horas después del hecho, en la misma línea que el presidente Aoun, que los responsables por la explosión serán castigados. “Les prometo que esta catástrofe no quedará impune. Los responsables pagarán el precio”, dijo Diab, pero aclaró que no se adelantará a las investigaciones que se están realizando.

Los enfrentamientos que hubo en los últimos días entre el Ejército israelí y el grupo Hezbolá, que opera en el sur del territorio libanés, sobre la frontera con Israel, generaron que de inmediato se sospechara que el estallido en Beirut podía haber sido originado por un ataque proveniente desde el país vecino.

Carretera principal en Beirut, luego de una explosión gemela que sacudió en el puerto de la capital del Líbano el 4 de agosto.

Carretera principal en Beirut, luego de una explosión gemela que sacudió en el puerto de la capital del Líbano el 4 de agosto.

Foto: Marwan Tahtah, AFP

Pero poco después de la violenta explosión en la capital de Líbano, el gobierno israelí deslindó cualquier responsabilidad en el hecho. Así lo manifestaron fuentes del Ejecutivo a varias agencias internacionales de noticias, al tiempo que el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, y el ministro de Relaciones Exteriores, Gabi Ashkenazi, dijeron en un comunicado conjunto que se habían contactado con mediadores internacionales para ofrecer asistencia humanitaria y médica a las autoridades de Líbano.

Paralelamente, la cadena de televisión libanesa Al Mayadeen informó que un alto funcionario del Ministerio de Defensa local, que no quiso revelar su identidad, dijo que la explosión no fue causada por un ataque terrorista. Además, fuentes cercanas a Hezbolá citadas por Al Mayadeen negaron las versiones de que la explosión haya sido causada por un ataque aéreo israelí.

Las autoridades libanesas declararon la jornada de este miércoles como día de luto nacional en virtud de la tragedia, que impactó en medio de una profunda crisis económica causada por la pandemia de coronavirus, que sumió en la pobreza a cerca de la mitad de los poco más de seis millones de habitantes que tiene el país. La actual crisis económica es la peor desde el final de la cruenta guerra civil que enfrentó a cristianos y musulmanes entre 1975 y 1990.

Por otra parte, de acuerdo a lo que consignó el sitio France24, las terribles explosiones en Beirut sucedieron pocos días antes de que se conociera el veredicto sobre el caso del asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri ‒ocurrido en 2005 en un atentado con un coche bomba‒, que iba a ser anunciado el viernes.

La conmoción internacional generada por la tragedia en Beirut llevó a que muchos gobiernos expresaran su solidaridad con el gobierno y el pueblo libanés, al tiempo que anunciaron envíos de ayuda de todo tipo. Las máximas autoridades de países tales como Irán, Turquía, Catar, Arabia Saudita, Reino Unido y Francia expresaron públicamente su pesar por lo sucedido.