La sociedad portuguesa está convulsionada luego de que en las últimas horas se intensificaran las acciones contra militantes contra el racismo y organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes que viven en el país.
Medios lusitanos informaron que, en la noche del miércoles, dirigentes de la organización SOS Racismo y tres diputadas, dos de ellas negras, denunciaron haber recibido amenazas vía mail por parte de un grupo de extrema derecha denominado Nova Ordem de Avis-Resistencia Nacional, en el que se les daba 48 horas para dejar el país. Este mismo grupo fue el que organizó el pasado sábado una manifestación en Lisboa, frente a la sede de la organización SOS Racismo, en la que los participantes, alrededor de una veintena de personas, lucieron máscaras blancas y antorchas, en clara alusión al Ku Klux Klan estadounidense.
Entre las personas que recibieron las amenazas están Mamadou Ba, uno de los principales activistas contra el racismo del país, y tres diputadas: la independiente Joacine Katar Moreira, nacida en Guinea-Bisáu, y dos legisladoras del Bloco de Esquerda, Beatriz Gomes Dias, de origen senegalés, y Mariana Mortágua, una de las figuras más prominentes del sector.
De acuerdo al mensaje que recibieron todas las personas amenazadas, en caso de que no se fueran de Portugal en el plazo exigido, “serán tomadas medidas que garanticen la seguridad del pueblo portugués”.
En el texto intimidatorio se decía también que “el mes de agosto será el mes de la lucha contra los traidores de la nación y sus simpatizantes. El mes de agosto será el mes del resurgir nacionalista”.
De acuerdo a lo que informó Folha de São Paulo, en las últimas dos semanas el grupo envió al menos tres mensajes con amenazas a diferentes destinatarios. Haciendo referencia a un supuesto marxismo cultural, a la adoctrinación comunista y a hordas de inmigrantes, los neofascistas afirmaron que pretenden que “Portugal vuelva a pertenecer a los portugueses”.
Según consignó el diario madrileño El País, el presidente del Parlamento portugués, el socialista Eduardo Ferro Rodrigues, manifestó en un comunicado enviado a la agencia de noticias Lusa que “la derecha populista y extremista está intentando, en muchas democracias consolidadas, resucitar una agenda antidemocrática del pasado de triste memoria”, y expresó su solidaridad con los amenazados.
Por su parte el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, pidió “tolerancia cero” ante las amenazas, pero también realizó un llamado para evitar que la manipulación de estos hechos conduzca a “radicalizar la vida política y promover fenómenos antisistema que debiliten la democracia”.