Como cada 17 de agosto, en todo el territorio argentino se conmemoró este lunes la muerte del general José de San Martín. Pero esta ocasión fue especial: se cumplieron 170 años del fallecimiento del libertador en la localidad francesa de Boulogne-sur-Mer, pero la conmemoración tuvo como telón de fondo la pandemia de coronavirus y una convocatoria de vastos sectores de la oposición a manifestarse contra el gobierno de Alberto Fernández y las medidas de aislamiento social que rigen en el país desde marzo.

“El 17 les decimos basta a los políticos que se sienten reyes, que se llenan la boca hablando de solidaridad y sacrificios mientras nos miran de arriba dictando leyes que ellos no cumplen, exigiendo una empatía que ellos no sienten, y disfrutando de lujos por los que no pagan”, se podía oír en uno de los videos que convocaban a la movilización, difundidos en redes sociales, con la imagen de San Martín de fondo.

Si bien la manifestación, que tuvo lugar en horas de la tarde, fue promovida por Propuesta Republicana (Pro), principalmente por la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich –a quien se sumaron otras figuras de la oposición, entre ellas el actor Luis Brandoni, de sempiterna filiación radical, quien publicó un video en el que alentaba a concurrir a la movilización–, dentro del sector macrista también hubo voces disidentes, que entendieron que el contexto no era el mejor para una manifestación masiva.

En esta línea, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que la convocatoria, que se llevó a cabo en la capital y se replicó en otras ciudades, no era una movilización partidaria, sino que aquellos que participaran lo harían a título personal. El dirigente, de acuerdo a lo que informó Página 12, no participó en el acto y dijo en las horas previas: “Estamos viviendo una situación particular, que es la pandemia, y necesitamos evitar las situaciones en que la gente se junte, una al lado de la otra: si queremos cuidar el plan de aperturas, tenemos que ser muy responsables”.

Mientras tanto el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, también integrante de Pro, dijo en la mañana del lunes que “las expresiones populares deben hacerse dentro del contexto que estamos viviendo; necesitamos que todo el mundo tome las máximas precauciones”. “Les pedimos por favor que el esfuerzo colectivo que estamos haciendo todos juntos para poder salir de esta situación no corra riesgo por un subgrupo de la población que necesita expresarse”, manifestó, y el término “subgrupo” generó furibundas reacciones en las redes sociales de opositores al gobierno.

Si bien en Buenos Aires muchas personas participaron en la marcha en auto por la avenida 9 de Julio, otras lo hicieron a pie en el entorno del Obelisco y en otros puntos de la ciudad, en la mayoría de los casos sin respetar ninguna de las recomendaciones sanitarias pedidas tanto por el gobierno nacional como por el provincial y el de la ciudad.

Además de la molestia generada por la extensa cuarentena impuesta desde marzo, y de los reclamos de respeto a las libertades individuales, los manifestantes expresaron su rechazo al gobierno en forma más genérica, criticando, entre otras cosas, la reforma judicial que impulsa el Ejecutivo. No faltaron las ofensas de todo tipo a la vicepresidenta Cristina Fernández e incluso se manifestaron grupos de extrema derecha simpatizantes de Carapintadas.

“No hay ejemplo más virtuoso”

Horas antes de la variopinta manifestación contra las políticas de su gobierno, el presidente encabezó el acto en memoria de San Martín que se celebró en el Regimiento de Granaderos a Caballo, ubicado en el barrio porteño de Palermo. En la ceremonia, en la que participó la mayor parte del gabinete ministerial, además de representantes de gobiernos extranjeros y las autoridades de las Fuerzas Armadas, el mandatario recordó la figura de San Martín, reivindicó el “orgullo nacional” como condición necesaria para la reconstrucción de Argentina, llamó a la “unidad” y a terminar con la “necedad” para avanzar en un “diálogo y camino común”. “No hay ejemplo más virtuoso”, expresó el presidente al referirse a San Martín, quien, recordó, “fue víctima de la intolerancia y la descalificación”.

“En ese espejo debemos mirarnos para no hacer lo mismo, y entender que nos tocó vivir un momento único de la humanidad: una pandemia que nos enferma y nos mata; tenemos que reconstruir un país que dejaron aniquilado y endeudado económicamente, y que sumió en la pobreza a más de 40% de los argentinos”, expresó Fernández.

Más tarde, en referencia específicamente a la masiva movilización, el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, pidió perdón a los trabajadores de la salud “por no haber podido evitar la marcha”. “Cuando todo esto pase, la enorme mayoría de los argentinos vamos a poder decir que promovimos la solidaridad y que honramos la memoria de los muertos por esta enfermedad. Entre esa enorme mayoría va a haber hombres y mujeres de todo el país y de todos los partidos. Pero también habrá una minoría que no va a poder decir esto cuando mire a los ojos a sus hijos”, expresó Cafiero en declaraciones a la agencia de noticias Télam.