En la marcha contra los barbijos que se organizó el domingo en la Plaza de Colón, en Madrid, se escucharon críticas al gobierno que preside el socialista Pedro Sánchez, así como expresiones de rechazo a la obligación de usar tapabocas en la calle. También fueron numerosas las consignas que directamente negaban la existencia del coronavirus o de la segunda ola de covid-19 que enfrenta España. “Existe otra realidad que nos ha sido ocultada”, se leía en un cartel en medio de la protesta.
Según informó la agencia de noticias Efe, los manifestantes llevaban pancartas que decían que “las personas sanas no deberían llevar mascarillas”, una medida que consideran “una auténtica tortura”, y acusaban al gobierno de “atentar contra los derechos humanos”. Otros advertían en sus carteles que la covid-19 “sí tiene cura, pero está prohibida” porque “no quieren protegerte”.
Los manifestantes expresaron su rechazo a las medidas sanitarias del gobierno al mismo tiempo que manifestaron su desconfianza en las vacunas que están desarrollando para combatir el virus y en la tecnología 5G. En esto coincidían con uno de los convocantes más famosos a esta movilización, el cantante Miguel Bosé, quien ha expresado esas posturas desde hace meses en sus redes sociales. Aunque no hay registros de que finalmente haya asistido, Bosé había llamado a participar en la concentración, aunque con el tapabocas puesto, para evitar sanciones. Sin embargo, muchos de los asistentes evitaron llevarlo y tampoco mantuvieron ningún tipo de distancia entre sí.
José Manuel Franco, el titular de la Delegación del Gobierno en Madrid, una institución que representa a la presidencia del gobierno español en el territorio madrileño, advirtió que la Policía Nacional investigará a los manifestantes que se congregaron en la Plaza de Colón y que se sancionará con “la máxima dureza” a quienes hayan incumplido las normas sanitarias. La investigación apuntará también a determinar si los convocantes mintieron sobre su intención de respetar las medidas sanitarias al pedir autorización para la marcha.
La situación generó reacciones políticas. El gobierno de la ciudad y de la comunidad de Madrid, que responden al Partido Popular, criticaron a la Delegación del Gobierno que encabezan los socialistas por dar la autorización para la realización de la marcha. “Si se cometieron infracciones hay que perseguirlas, pero que no se haga el indignado, porque obviamente cuando se convoca una concentración contra el uso de mascarillas lo más probable es que no se usen mascarillas”, dijo el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.