Este jueves, día en que Bolivia conmemoró los 195 años de su declaración de independencia, se repitieron en muchos puntos del país las protestas que desde el lunes están llevando adelante la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, una alianza que conforman numerosas organizaciones afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), en protesta por la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de postergar las elecciones presidenciales del 6 de setiembre al 18 de octubre, alegando para el cambio de fecha la pandemia de coronavirus.

Los cortes de ruta en las carreteras de acceso a varias ciudades fueron la nota predominante en la nación andina en los últimos días –en total se estima que los piquetes son casi 130 en todo el país–, lo que generó duras reacciones por parte del gobierno de facto que lidera Jeanine Áñez, que culpó a los manifestantes de bloquear la llegada a los hospitales de camiones que transportaban oxígeno y también de ambulancias en medio de la pandemia, que está pegando con dureza en el país, cuyo sistema de salud es uno de los más frágiles de la región.

El miércoles, integrantes de la COB y del Pacto de Unidad tuvieron una entrevista con las máximas autoridades del TSE, que es presidido por Salvador Romero, quien fue designado por Áñez, y tras ella los movilizados manifestaron su decepción por los resultados, que los motivó a mantenerse firmes en su postura.

Según informó el diario La Razón, el secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), Orlando Gutiérrez, consideró que el TSE, al no aceptar una fecha intermedia para las elecciones entre el 6 de setiembre y el 18 de octubre, “está subestimando la fuerza del pueblo”.

“No hemos venido con una propuesta cerrada, hemos venido con propuestas flexibles. No es nuestro derecho imponer una nueva fecha de elecciones”, aclaró Gutiérrez, quien dijo que igualmente las autoridades electorales “no quieren aceptar eso”. “Nos toca asumir la responsabilidad con nuestro pueblo. Nuestro pueblo está sufriendo, no tiene economía y facilito dicen ‘cuarentena rígida’”, reclamó el dirigente. Desde el TSE se comunicó que para posponer las elecciones se tomaron en cuenta “parámetros técnico-científicos vinculados al manejo y evolución de la pandemia”.

Al tema también se refirió Áñez, que este jueves, durante un discurso ofrecido en la casa de gobierno, dijo que “al Tribunal Electoral le pido algo sobre las fechas de elecciones: sean serios, por favor, y dejen de mover las fechas”.

En un tono duro, la mandataria tildó los cambios de fecha de los comicios de “juegos infantiles”, que avivaron los conflictos sociales en el país.

“Es el Tribunal, y no mi gobierno, quien fija y mueve las fechas de las elecciones. Ya se fijaron para el 18 de octubre, y vamos a respetarlo. Soy republicana y estoy orgullosa de serlo; respeto y voy a respetar siempre la independencia de poderes”, expresó la mandataria de facto.

Desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se condenó “que manifestantes impidan el paso a camiones cisterna de oxígeno y ambulancias necesarios para atender la pandemia”, pero a la vez se repudió los “hechos de violencia contra la integridad física de las personas en contra de la propiedad pública y privada, así como el uso innecesario de la fuerza pública en Bolivia”.