Los líderes de la Unión Europea (UE), reunidos en forma virtual para tratar el tema, resolvieron rechazar los resultados electorales de Bielorrusia que le dieron el triunfo a Alexandre Lukashenko, quien ocupa la presidencia de ese país en forma ininterrumpida desde 1994.

Además, responsables del bloque informaron que se impondrán “en breve” nuevas sanciones al régimen. “Para nosotros [...] no hay duda de que se produjeron violaciones masivas del Estado de derecho en las elecciones” que se realizaron el 9 de agosto, expresó desde Berlín la canciller alemana, Angela Merkel, de acuerdo a lo que consignó la agencia de noticias AFP.

Los comicios bielorrusos, que provocaron una ola inédita de protestas en esta ex república soviética en la que viven aproximadamente nueve millones y medio de habitantes, no fueron “ni libres ni justos”, añadió la líder germana. “Estamos del lado de los manifestantes pacíficos”, agregó. Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, expresó que la UE “apoya con firmeza el derecho del pueblo bielorruso a determinar su futuro” y se dispone a aplicar “en breve” sanciones contra un número “sustancial” de responsables del Ejecutivo que lidera Lukashenko, de 65 años de edad.

Como es habitual desde que gobierna, el presidente arrasó en los comicios con más de 80% de los votos, pero esta vez, cansadas de la situación y pese al duro sistema represivo que rige en el país, decenas de miles de personas salieron a las calles a protestar denunciando un nuevo fraude electoral. El domingo, según estimaciones de medios locales, cerca de 200.000 personas se reunieron en el centro de Minsk para pedir la realización de nuevas elecciones y la liberación de los presos políticos y los detenidos que aún no fueron liberados. Durante la semana pasada hubo varias olas de protesta y la represión ante ellas fue brutal: 7.000 personas fueron detenidas, y en los disturbios murieron dos personas.

A pesar de todo, el cuestionado mandatario no parece dispuesto a ceder a las presiones. Dijo hace pocos días que hasta que no lo maten no habrá nuevas elecciones, y el martes durante un mensaje emitido por la televisión local habló “de gobiernos extranjeros” para justificar el despliegue militar que ordenó el oeste del país. Según él, las unidades del ejército están en alerta, dispuestas para cumplir con sus obligaciones.

Ante esta situación de tirantez extrema, los líderes europeos recurrieron a un mediador lógico, el presidente ruso Vladimir Putin, dado que Bielorrusia es un socio y aliado natural de Rusia, por más que entre ambos líderes haya habido más de un cruce durante los últimos años. De acuerdo a lo que informaron agencias internacionales, el martes, en las horas previas a la conferencia virtual de la UE sobre Bielorrusia, varios referentes del bloque se contactaron con el mandatario ruso, entre otros Merkel, Michel y el presidente francés Emmanuel Macron. Todos ellos le pidieron que presione a Lukashenko para que permita una salida negociada con la oposición al conflicto político que se está viviendo en su país.

Macron le pidió a Putin que “favorezca la calma y el diálogo” en Bielorrusia, mientras que la alemana expresó que Minsk debe “renunciar a la violencia” y dialogar con la oposición.

La principal referente política disidente es Svetlana Tijanóvskaya, una ex profesora de inglés de 37 años que ha aglutinado a la oposición bielorrusa en las elecciones, pero que de acuerdo a los datos del régimen, sólo obtuvo 10% de los votos.

Putin, por el momento, está tomando cierta distancia de la situación y analizando el panorama. Tiene dos cosas claras: no va a jugarse a defender a Lukashenko, más aun teniendo en cuenta que las movilizaciones sociales no tuvieron un sentimiento antirruso; pero tampoco quiere que Bielorrusia quede bajo la influencia de la UE. Fue por eso que Putin advirtió tanto a Merkel como a Macron contra “todo intento de injerencia extranjera” en Bielorrusia, ya que eso causó “un aumento de la crisis” en el país vecino.