Este jueves Luis Fux asumirá la presidencia del Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima instancia de la Justicia brasileña.

Ante la llegada de Fux, se estima que quien preside actualmente el órgano, José Antonio Dias Toffoli, pasará a ocupar un puesto dentro de la Segunda Cámara del STF, que es aquella responsable por los juicios realizados en el marco de la Operación Lava Jato. Según informó el portal de noticias Rede Brasil Atual, Dias Toffoli suplirá al ministro Celso de Mello, quien actualmente está de licencia y que se jubilará a fines de octubre.

Si bien la plaza que dejará vacante De Mello, de acuerdo a la costumbre que rige en el seno del STF, debería ser ocupada por Marco Aurélio de Mello, quien es el más viejo de todos los ministros que integran la corte, este se habría mostrado contrario a los cambios de lugares dentro del STF, por lo que permanecerá en la Primera Cámara.

Entonces, de acuerdo a cómo quedará conformada la Segunda Cámara, todo apunta a que las sentencias dictadas en el marco de la Operación Lava Jato pueden ser anuladas y quedar automáticamente sin efecto.

La abogada Tânia Mandarino, integrante del Colectivo Abogadas y Abogados por la Democracia, teme que una maniobra de último momento pueda alterar la composición de la Segunda Cámara. Pero si esto no ocurre, Mandarino cree que “prácticamente se asegurará” la concesión del pedido de hábeas corpus presentado por los defensores legales del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que solicitaron ante esta instancia la suspensión de los fallos dictados por el ex juez Sérgio Moro, cuya actuación al frente de la vasta operación anticorrupción ha sido severamente cuestionada por su parcialidad y falta de transparencia. La imagen de Moro quedó seriamente dañada en este caso luego de las filtraciones conocidas como Vaza Jato, que fueron hechas públicas en junio de 2019 por el sitio de investigación periodística The Intercept.

Estas revelaciones, que nunca fueron desmentidas por los involucrados, dejaron claro el accionar espurio de Moro, quien, siendo juez de la causa, les daba materiales y orientaciones a los fiscales, demostrando su falta de imparcialidad.

Dias Toffoli, quien en reiteradas ocasiones ha criticado el accionar de los juristas que llevaron adelante la Operación Lava Jato, formaría mayoría con los ministros Ricardo Lewandowski y Gilmar Mendes y anularía las sentencias de Moro, quien dejó de ser juez para dedicarse a la política, fue ministro de Justicia y Seguridad Pública durante algo más de un año y luego dejó el cargo por desavenencias con el presidente Jair Bolsonaro. Actualmente Moro sigue actuando en política y apuesta a ser candidato presidencial en las elecciones que se celebrarán en 2022.

Los abogados de Lula alegan que la falta de imparcialidad en las acciones juzgadas por Moro terminó con las dos condenas que pesan sobre el líder del Partido de los Trabajadores, quien también aspira a ser candidato en los próximos comicios.

Si la Segunda Cámara da lugar a la defensa de Lula, las condenas se anularían y volverían a su fase inicial. De esa manera, los derechos políticos plenos del ex presidente serían automáticamente restablecidos.