Reunido de urgencia en la noche de ayer, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó su preocupación por los enfrentamientos bélicos que están ocurriendo en el enclave Nagorno Karabaj, que amenazan con una espiral de guerra total entre Armenia y Azerbaiyán.
Según informó la agencia Reuters, después de una discusión sobre el tema del consejo de 15 integrantes –cuyos miembros permanentes son Rusia, Estados Unidos, China, Reino Unido y Francia– la ONU expresó su preocupación por los informes de acciones militares a gran escala a lo largo de la línea de contacto en la zona de conflicto Nagorno Karabaj y “condena enérgicamente el uso de la fuerza”.
“Los miembros del Consejo de Seguridad expresaron su apoyo al llamado del secretario general de las partes para que dejen de luchar de inmediato, reduzcan las tensiones y regresen a negociaciones significativas sin demora”, se afirma en el comunicado.
Mientras esto sucedía en la sede de la ONU, en Nueva York, los combates en la zona no hacían otra cosa que incrementarse, en medio de acusaciones cruzadas entre las autoridades de las naciones enfrentadas en este nuevo recrudecimiento del conflicto latente desde hace décadas.
Autoridades armenias afirmaron ayer que un cazabombardero turco derribó uno de sus aviones militares, lo que fue inmediatamente desmentido por Turquía y Azerbaiyán, en el tercer día de intensos combates en la región de Nagorno Karabaj, enclave gobernado por armenios dentro del territorio azerí, que oficialmente lleva el nombre República de Artsaj.
Desde el domingo, las fuerzas de este enclave separatista armenio, apoyadas política, militar y económicamente por el Ejecutivo de Ereván, y las de Azerbaiyán, que reciben el respaldo evidente pero no declarado oficialmente del gobierno turco, se enfrentan en los combates más mortíferos en la región ubicada al sur del Cáucaso desde 2016.
La guerra es, desde que se inició, a gran escala, con uso de artillería pesada y la operación de tanques y aviones. Tras la declaración armenia de haber perdido un avión y a su piloto bajo el fuego turco, el gobierno de Turquía, a través del director de comunicación de la presidencia, Fahrettin Altun, calificó la acusación de “completamente falsa” y exhortó a Armenia a retirarse de los “territorios ocupados”, haciendo referencia a Nagorno Karabaj, territorio que los azeríes consideran propio. “Esta información es una mentira más de la propaganda armenia”, agregó al respecto el portavoz del ministerio de Defensa azerbaiyano, Vagif Dyargahly, de acuerdo a lo que informó AFP.
Rusia, que juega un rol arbitral en la zona pero que está decididamente del lado armenio, le pidió ayer a Turquía que se abstenga de “echar más leña al fuego” y que trabaje por la paz en la región.
De acuerdo a lo que se informó, el presidente ruso, Vladimir Putin, conversó ayer con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, a pedido de este último, y señaló “la necesidad urgente de un alto el fuego” y de “apaciguar la crisis”.
El balance oficial se elevaba a 97 muertos ayer, entre los que se contaban 80 soldados separatistas y 17 civiles: 12 en Azerbaiyán y cinco del lado armenio. Pero ambos bandos afirman que mataron a cientos de militares enemigos.
El ministro de Defensa de Armenia dijo que los separatistas habían destruido 49 drones, seis helicópteros, 80 tanques, un avión militar y 82 vehículos militares azerbaiyanos desde el domingo.
Las autoridades de Nagorno Karabaj aseguran que recuperaron todas las posiciones perdidas el día anterior, algo que Azerbaiyán niega, afirmando que hicieron nuevos progresos y destruyeron “una columna motorizada armenia”.