Las protestas de la Policía Bonaerense en reclamo de aumento salarial y mejores condiciones de trabajo perdían fuerza este jueves, después de que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, anunció la equiparación de los sueldos de esos funcionarios con los de la Policía Federal argentina. Sin embargo, la prensa todavía recogía reclamos, entre ellos el de que esos salarios se equipararan a los de otra fuerza, la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que son más altos.

En los últimos años, la CABA se vio beneficiada por una decisión del ex presidente Mauricio Macri, que fue dos veces jefe de gobierno de la ciudad y consolidó allí su carrera política. En 2016, Macri aumentó de 1,4% a 3,5% el porcentaje que le corresponde a la CABA en la llamada “coparticipación”, un sistema federal que asigna a cada provincia, y a la ciudad de Buenos Aires, determinado porcentaje de lo recaudado por impuestos nacionales.

Ese incremento, que había sido criticado por los opositores al macrismo, será revertido ahora, y se destinará una parte a atender los reclamos de la Policía Bonaerense. El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció que la CABA reducirá su “coparticipación” de 3,5% a 2,32%. Dijo que cuando se incrementó en 1,9% la coparticipación de la ciudad, se argumentó que así se financiaría el traspaso de comisarías de la Policía Federal a su administración, pero para esto bastaba un aumento de 0,92%.

Según informó el diario Tiempo Argentino, Fernández dijo también que esa quita “era una medida tomada, y muy hablada” con el jefe de gobierno de la ciudad, el macrista Horacio Rodríguez Larreta. “La postergamos porque llegó la pandemia y muchas discusiones las postergamos”, dijo el presidente. “Pero de repente aparece la demanda en la provincia de Buenos Aires y tomamos la decisión que tomamos”, agregó, antes de resumir: “Tenía un problema con la Policía, les pedí que depongan la actitud y le di al gobierno de la provincia de Buenos Aires los recursos necesarios para que pueda resolver el tema”.

La actitud a la que aludía el gobernante fue la de organizar una manifestación con uniforme, armas y patrulleros frente a la residencia presidencial de Olivos, que fue criticada desde distintos ámbitos políticos y sindicales. El dirigente radical Mario Negri, integrante de la alianza opositora Juntos por el Cambio, había dicho que “es absolutamente inaceptable la reunión de policías armados frente a la quinta de Olivos reclamando mejoras. Deben cesar de inmediato en esa actitud que atenta contra los poderes públicos y el orden constitucional”.

De todos modos, en Juntos por el Cambio, que gobierna la CABA, también surgieron críticas al anuncio de Fernández, así como versiones de que la administración de la ciudad podría recurrir a la Justicia para revertir la decisión. El senador Martín Lousteau dijo que esta es “una solución política que acreciente la grieta”, y el diputado Álvaro González afirmó que “suena a revanchismo político con el afán de dividir aún más a los argentinos”.

Por su parte, Kicillof dijo que la nueva asignación de recursos va a permitir “poner la provincia en marcha”. El gobernador bonaerense afirmó que “si esto es un reclamo salarial”, se le está dando “una respuesta contundente e histórica”, y agregó: “Si no, vamos a comprender que es una cuestión política, y eso es una cosa totalmente distinta”. El gobernador advirtió: “Hemos visto imágenes espantosas que no se pueden repetir”.

La respuesta de los manifestantes no estaba clara este jueves, porque las movilizaciones policiales no tienen voceros oficiales. Participan desde policías retirados, que ya no están comprendidos en las demandas, hasta personajes mediáticos ampliamente conocidos por sus posturas opuestas al oficialismo, como el periodista Baby Etchecopar o el empresario Juan Carlos Blumberg.