Con motivo de la conmemoración del 198º aniversario del Grito de Ipiranga, acto realizado por Pedro I que marcó la independencia brasileña del Reino de Portugal, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva realizó un discurso de algo más de 20 minutos en sus redes sociales en el que dio su punto de vista sobre los temas más importantes que está afrontando su país en la actualidad.
Obviamente una de las cuestiones a las que se refirió el líder del Partido de los Trabajadores fue a la pandemia de coronavirus, que de acuerdo a cifras oficiales ya infectó a más de 4,1 millones de personas y causó o coadyuvó a la muerte de casi de 127.000.
“Cada uno de esos muertos que el gobierno federal trata con desdén tenía nombre, apellido, dirección. Tenía padre, madre, hermano, hijos, marido, esposa, amigos. Duele saber que decenas de miles de brasileñas y brasileños no pudieron despedirse de sus seres queridos. Yo sé lo que es ese dolor. Y, además, se podrían haber evitado muchas muertes”, dijo Lula, denunciando que el dinero que podría haber sido empleado en el combate a la pandemia fue utilizado por el gobierno para pagar intereses al sistema financiero.
En otra parte de su discurso, el ex mandatario, de 74 años de edad, habló sobre la soberanía nacional, que de acuerdo a su visión está siendo esquilmada por el gobierno que encabeza Jair Bolsonaro.
“Soberanía significa independencia, autonomía, libertad. Lo contrario de eso es la dependencia, la servidumbre, la sumisión”, afirmó Lula, que agregó: “El actual gobierno subordina al país a Estados Unidos de manera humillante, sometiendo a nuestros soldados y a nuestros diplomáticos en situaciones vejatorias. Y todavía amenaza con llevar al país en aventuras militares contra nuestros vecinos, contrariando la propia Constitución, para servir a los intereses económicos y estratégico-militares estadounidenses”.
Hablando sobre otros temas, Lula se refirió a los planes del gobierno de privatizar empresas estatales, como la Caja y el Banco do Brasil, entre otras. Además, fustigó al gobierno de Bolsonaro al que acusó de estar atacando la cultura del país. “La obsesión destructiva de este gobierno dejó la cultura nacional a cargo de una serie de aventureros (...) La Cinemateca Brasileña, donde está depositada un siglo de memoria del cine nacional, corre el riesgo de tener el mismo destino trágico del Museo Nacional”, edificio que se incendió en setiembre de 2018 y perdió casi la totalidad de su acervo.
Lula también se refirió a la destitución en 2016 de la entonces presidenta Dilma Rousseff, a la maquinaria de noticias falsas impulsada por el gobierno de Bolsonaro, y recordó la campaña para impedirle ser candidato en las elecciones de 2018.
“Derramaron ríos de dinero en la industria de las noticias falsas. Se hicieron los ciegos con su pasado terrorífico. Fingieron ignorar en su discurso la defensa de la tortura y la apología pública que él [Bolsonaro] hizo de la violación. Las elecciones de 2018 metieron a Brasil en una pesadilla que parece no tener fin”, agregó el líder izquierdista, quien gobernó el país entre 2003 y 2010.
Lula también insistió en señalar posibles vías para que el país retome el desarrollo luego de la pandemia y se puso “a disposición del pueblo brasileño”, dejando claro que seguirá actuando políticamente para derrotar a Bolsonaro en las urnas.
“Yo sé, y ustedes también, que podemos hacer nuevamente de Brasil el país de nuestros sueños. Y desde el fondo de mi corazón les digo: estoy aquí. Reconstruyamos Brasil juntos. Aún nos queda un largo camino por recorrer juntos. Tenemos que estar firmes, porque juntos somos fuertes. Viviremos y ganaremos”, concluyó.