Una serie de incendios que, al parecer, fueron realizados en forma deliberada por algunos habitantes del lugar generó un incendio de enormes proporciones en el campo de refugiados de Moria, situado en la isla de Lesbos, en el Mediterráneo griego. Este campo de refugiados, el más grande de Europa, estaba previsto para alojar a 2.800 personas, pero en la actualidad residían en forma precaria en él cerca de 12.000 inmigrantes, en su mayoría provenientes de Siria, Afganistán, Pakistán y algunos países del este de África.
Autoridades de Lesbos, cuya capital es Mitilene, dijeron que el campamento quedó destruido prácticamente en su totalidad, debido a la enorme cantidad de material inflamable que había en el lugar, sobre todo plástico y nailon, que era de lo que estaban hechas las carpas y la mayor parte de las viviendas precarias del lugar. Los bomberos explicaron que no se registraron víctimas fatales, “aunque sí heridos leves con problemas respiratorios a causa del humo”.
Un fotógrafo citado por el periódico francés Le Parisien dijo que “casi la totalidad del campo estaba en llamas, pero también las carpas instaladas en los olivos que rodean el recinto”. Según él, unos 500 refugiados decidieron caminar en dirección a Mitilene, pero fueron detenidos por la Policía.
La agencia de noticias griega ANA explicó que el incendio comenzó tras una protesta de algunos solicitantes de asilo que iban a ser puestos en aislamiento al dar positivo por coronavirus o por haber estado cerca de un positivo.
De acuerdo a un comunicado del destacamento de bomberos de Lesbos citado por France24, “se produjo un incendio en el punto de acceso a Moria, en la isla de Lesbos, a las dos de la mañana, después de enfrentamientos que comenzaron cuando algunos de los 35 refugiados que dieron positivo por covid-19 se negaron a ser trasladados en aislamiento con sus familias”.
El grave incendio dejó a la mayor parte de los habitantes del campo sin hogar, por lo que las acciones de ayuda comenzaron en forma inmediata. La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, avisó que el bloque está “listo para ayudar”. El organismo se haría cargo del traslado de 400 niños y adolescentes hacia la parte continental de Grecia. “Es una prioridad poner a salvo a todas las personas que estaban en Moria”, escribió en su cuenta de Twitter la comisaria de asuntos internos, la sueca Ylva Johansson, quien agregó que está en contacto permanente con las autoridades griegas.
La pandemia de coronavirus agudiza la gravedad de la situación. La semana pasada, autoridades sanitarias griegas detectaron un primer caso de coronavirus en el centro de refugiados y lo pusieron en cuarentena durante dos semanas. Después de hacer aproximadamente 2.000, se detectaron 35 personas positivas.
Una fuente policial citada por agencias internacionales de noticias dijo estar preocupada porque, debido al incendio, “todo el mundo se dispersó y los casos positivos se mezclaron con el resto de los refugiados”.
Grecia ha impuesto estrictas medidas de tráfico en los campamentos de migrantes desde mediados de marzo. Aunque el país salió del confinamiento en mayo, el gobierno no levantó las restricciones en estos centros a pesar de las críticas de las ONG de derechos humanos, que consideraron estas medidas “discriminatorias”. Por otra parte, en los últimos años el campo de refugiados ubicado en Moria ha sido continuamente criticado por su falta de higiene, el hacinamiento y las pésimas condiciones de vida.