Por tercer día consecutivo, funcionarios de la Policía de la provincia de Buenos Aires protestaron este miércoles para presentarles una serie de reclamos a las autoridades argentinas. Pedían un aumento salarial de entre 56% y 64%, según el escalafón, mejoras en las condiciones de trabajo y que se les brinden insumos para prevenir el contagio de covid-19. También demandaban la posibilidad de formar un sindicato –algo que no tienen permitido las fuerzas de seguridad argentinas– y que no haya policías sancionados por estas movilizaciones.

La protesta se concentró en el municipio de La Matanza, donde se encuentra la sede del Ministerio de Seguridad bonaerense, a cargo de Sergio Berni. Uno de los manifestantes trepó a una torre de energía y amenazó con tirarse desde allí si las autoridades no lo recibían. Finalmente, otros policías y sus familiares lograron hacerlo bajar.

Las manifestaciones con patrulleros tocando bocina se repitieron en otros barrios y llegaron a la residencia presidencial de Olivos. En ese momento el presidente, Alberto Fernández, se encontraba con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, en un acto en el que la empresa cervecera Quilmes festejaba 130 años y lanzaba un plan de inversiones. Allí Fernández habló públicamente y aludió a los manifestantes: “Nadie escapa a lo que nos está pasando. Decía [el escritor francés Albert] Camus en La peste que las pandemias dejan al descubierto las miserias de algunas almas. No es ético aprovechar la pandemia para profundizar la crisis y reclamar cosas que en este momento no se pueden hacer. Los conflictos no se resuelven andando en patrullero y tocando bocina”.

El tercer día de protestas policiales tuvo lugar a pesar de que el martes el jefe de Gabinete de la provincia, Carlos Bianco, había anunciado un aumento de salarios, que era uno de los principales reclamos del sector. Los manifestantes esperaban a conocer si ese ajuste coincidía con lo que demandaban. El incremento será “lo más completo y abarcativo posible”, dijo el ministro bonaerense de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque. Según citó el diario Tiempo Argentino, Larroque reconoció, en una entrevista con El Destape Radio, que “el atraso salarial de las fuerzas, como el de muchos sectores, es real”, algo que atribuyó a “los cuatro años de repliegue del Estado” que supuso el gobierno de Mauricio Macri. Además, “la pandemia complejizó las cosas”, agregó. El ministro le quitó importancia a la posibilidad de que exista “un interés para utilizar desde la política” este conflicto, y afirmó: “Eso nos tiene sin cuidado, es parte de las reglas del juego”.

Según informó el diario Página 12, Fernández y Kicillof conversaron sobre esta crisis varias veces en el día, en particular durante el trayecto que hicieron juntos hasta el acto. De acuerdo con el periódico, el gobierno confiaba en que cuando el gobernador presentara su plan de seguridad, algo que era inminente, se destrabara el conflicto.

A su vez, el Ministerio de Seguridad argentino consideró que parte del malestar de la Policía se debe a que debido a la pandemia de coronavirus muchos funcionarios policiales perdieron la posibilidad de acceder a ingresos adicionales, trabajando en la seguridad de los partidos de fútbol, en recitales y en otras actividades públicas o comerciales, lo que se suma a la pérdida de poder adquisitivo que sufrió el sector durante la anterior administración. Por su parte, la alianza opositora que apoyó al ex presidente Macri, Juntos por el Cambio, publicó una declaración en la que exige que se atiendan los reclamos de los policías.

En los últimos tiempos hubo planteos similares de las policías de La Rioja, Chaco, Santa Fe, Misiones y Jujuy, pero esos conflictos se resolvieron con rapidez mediante acuerdos con las autoridades provinciales.

La actitud de los policías generó múltiples reacciones. En un comunicado, la Confederación General del Trabajo de la República Argentina condenó “el exceso en el legítimo reclamo” y advirtió que la protesta “se transformó, con el paso de las horas, en una amenaza real al normal funcionamiento del Estado”.

El presidente argentino decía este miércoles, con respecto a este conflicto: “El gobierno nacional no se va a hacer el distraído, va a afrontar este problema junto con el gobernador como lo hacemos diariamente. Con el gobernador somos además amigos en la misma causa y estamos comprometidos exactamente con lo mismo. Así que a todos les pido, ante las voces apocalípticas, las voces que dicen que no vamos a ningún lado: dense cuenta de todo lo que hicimos. Acá se siguió trabajando en la pandemia, se siguió produciendo, se cuidó a la gente, se siguió creciendo, se sigue invirtiendo, se sigue innovando. Esta es la Argentina que existe, que no nos confundan”.