La tensión social y las protestas que generaron varios casos de violencia policial contra estadounidenses negros se instalaron como tema de campaña electoral y acapararon este lunes la atención de los candidatos a la presidencia. El demócrata Joe Biden y el presidente Donald Trump, que busca la reelección por el Partido Republicano en las elecciones que se celebrarán el 3 de noviembre, se acusaron mutuamente de promover estos conflictos.
El presidente y su equipo de campaña insisten en contraponer la consigna “ley y orden”, que identifican con Trump, con el “caos” que traería un gobierno “socialista” liderado por Biden. En sus discursos presenta las protestas violentas como una muestra de lo que ocurriría si el Partido Demócrata llegara al poder. En esa línea, Trump ha dicho que su rival en las elecciones no critica los disturbios porque alejaría a los seguidores del senador Bernie Sanders, representante del ala izquierda del partido.
Las manifestaciones –en algunos casos violentas– se reavivaron después de que un hombre negro, Jacob Blake, fue herido de siete tiros por la espalda a manos de la Policía en Kenosha, en el estado de Wisconsin. En una de las protestas en repudio a ese ataque, el 25 de agosto, Kyle Rittenhouse, un joven blanco de 17 años, se acercó a la protesta y atacó a tiros a los manifestantes, mató a dos de ellos e hirió a un tercero.
Este lunes, en una conferencia de prensa, le preguntaron a Trump por qué no condenó el ataque de Rittenhouse. El presidente lo defendió. Dijo que en un video se ve que se cayó y “lo atacaron muy violentamente”. “Probablemente lo hubieran matado”, concluyó.
A su vez, en Portland, en el estado de Oregon, las protestas continúan desde el asesinato de George Floyd a manos de la Policía, ocurrido en mayo. El sábado se cruzaron los manifestantes contra el racismo con los partidarios de Trump, y uno de estos murió a causa de un disparo, en circunstancias que hasta este lunes no estaban claras. Según informaron la cadena CNN y el periódico The New York Times, el hombre que murió usaba una gorra del grupo de extrema derecha Patriot Prayer, cuyos integrantes ya se habían enfrentado a manifestantes contra el racismo en otras protestas.
Trump también defendió a sus partidarios en Portland, a pesar de que tiraron perdigones y balas de pintura a los manifestantes. Dijo que “eso fue una protesta pacífica” y que “la pintura es un mecanismo de defensa: la pintura no son balas”.
El fin de semana Trump responsabilizó a gobernantes locales por la violencia en las movilizaciones. “Portland es un desastre, y lo ha sido por muchos años. Si esa broma que tiene como alcalde no la limpia, ¡entraremos y lo haremos por ellos!”, tuiteó Trump. “Los alcaldes y gobernadores de la izquierda radical en las ciudades en las que esta violencia está ocurriendo perdieron el control de su ‘movimiento’”, continuó, y agregó que los manifestantes “incluso forzaron a Joe el Lento a salir del sótano”.
A su vez, Biden dijo este lunes que Trump “no puede detener la violencia porque durante años la fomentó”, según informó la agencia de noticias AP. El candidato demócrata agregó que Trump “puede creer que pronunciar las palabras ‘ley’ y ‘orden’ lo hace fuerte, pero su incapacidad para pedir a sus propios seguidores que dejen de actuar como una milicia armada en este país muestra lo débil que es”.
Biden condenó las protestas violentas y las diferenció de las manifestaciones pacíficas. “Los disturbios no son protestas. Saquear no es protestar. Prender fuego no es protestar. Nada de esto es una protesta. Es anarquía, simple y llanamente, y los que hagan esto deben ser procesados”, dijo. “Condeno la violencia de todo tipo y por parte de cualquiera, sea de izquierda o de derecha. Y desafío a Donald Trump a hacer lo mismo”, declaró.
Biden agregó que su país enfrenta “múltiples crisis”, que con un gobierno de Trump se van a “seguir multiplicando”, y enumeró: “Covid-19. Devastación económica. Violencia policial injustificada. Nacionalistas blancos envalentonados. Un ajuste de cuentas racial”. Todos esos fenómenos tienen en común “un presidente que empeora las cosas en lugar de mejorarlas, un presidente en ejercicio que siembra el caos en vez de proporcionar orden”. Agregó: “¿Alguien cree que va a haber menos violencia en Estados Unidos si Donald Trump es reelecto?”.
Sobre las críticas de Trump, manifestó: “Pregúntense: ¿parezco un socialista radical con debilidad por los alborotadores? ¿En serio? Yo quiero a Estados Unidos a salvo. A salvo de la covid-19, a salvo del delito y los saqueos, a salvo de la violencia por motivos raciales, a salvo de los malos policías. Déjenme ser claro: a salvo de cuatro años más de Donald Trump”.
Poco después, el presidente tuiteó: “Para mí, [Biden] está culpando a la Policía más que a los participantes en los disturbios, los anarquistas, agitadores y los saqueadores”.
Este lunes la Casa Blanca confirmó que Trump viajaría el martes a Kenosha, a pesar de que el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, le pidió “respetuosamente que reconsidere” esa visita. La vocera de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo a Fox News que a Trump “le encanta la gente de Wisconsin y desea hablarles directamente y unificar el estado”. La portavoz dijo que “este presidente se muestra, este presidente está fuera, reabriendo el país, mostrando su respeto al pueblo estadounidense, yendo a lugares donde los estadounidenses están sufriendo. Siempre estará. Es lo que este presidente ha hecho en los últimos cuatro años, y lo seguirá haciendo”.