Con más de 115.000 casos activos en todo el país y una cifra de muertes que ya supera las 9.100, el coronavirus sigue siendo un factor de enorme preocupación para el gobierno y las autoridades sanitarias argentinas, que vieron cómo en las últimas semanas los casos se mantenían en aumento, a la vez que muchos rubros de la actividad económica retomaron su actividad y se relajaron de manera apreciable las medidas impuestas para contener la expansión de la pandemia.

Aunque el Área Metropolitana de Buenos Aires sigue siendo el lugar del país donde se concentra la mayor parte de los contagios y muertes, otros lugares como las provincias de Córdoba, Jujuy y Santa Fe registraron en las últimas semanas un importante aumento de casos.

En el marco de esta situación, el presidente, Alberto Fernández, advirtió que no permitirá que la “situación llegue a un punto de colapso”, en declaraciones realizadas en la noche del miércoles en el programa A dos voces, que emite el canal TN.

“Para mí lo más importante es que la gente tenga la posibilidad de ser atendida en un hospital”, aseveró el líder del Frente de Todos, quien agregó que no descarta tocar el “botón rojo” y volver a las medidas de confinamiento adoptadas cuando comenzó la crisis sanitaria, durante el mes de marzo.

El mandatario remarcó que el país está en “una situación de alto riesgo” y lamentó la cierta “sensación de relajamiento” que se percibe desde que comenzaron las medidas de reapertura económica.

Sobre la situación sanitaria del distrito más golpeado por la pandemia, se refirió este jueves el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, quien se refirió al estrés que existe en el sistema sanitario en pleno crecimiento de contagios de coronavirus y advirtió que “en la provincia hay suficientes trabajadores de salud, pero con un fuerte desgaste”.

“Lo venimos advirtiendo. Hay camas pero estamos trabajando al 150% de la capacidad de trabajo habitual. Los trabajadores de la salud están cansados y además sienten que están solos porque la política y los medios dicen que esto ya pasó”, afirmó Kreplak, de acuerdo a lo que informó el diario Tiempo Argentino.

El funcionario del gobierno provincial, que encabeza Axel Kicillof, agregó: “Estamos ante un tremendo esfuerzo de los trabajadores de salud que ya no pueden más, que se enferman, se estresan, y la calidad ya no va a ser la misma”, y agregó: “Tuvimos planteos de los médicos y trabajadores de salud, y tienen razón. La dirigencia política y comunicacional no puede decir que pasó la pandemia y no escuchar a los trabajadores de la salud. No se puede decir que pasó la pandemia y pensar que es cierto”. En ese sentido, Kreplak consideró que “hay que hacer un esfuerzo para bajar la cantidad de casos” y calificó como “irracional” realizar más aperturas de rubros comerciales, como lo que está ocurriendo actualmente en la ciudad de Buenos Aires, donde reabrieron los bares y los restaurantes.

Respecto de la realidad que están viviendo cada día los trabajadores de la salud, Arnaldo Dubín, referente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, dijo este jueves que las personas que cumplen funciones en las terapias intensivas están “luchando cotidianamente con la muerte” y tienen la sensación de que están “perdiendo la batalla” contra el coronavirus.

“En los bares se reúne gente sin protección; esta flexibilización está provocando un desmadre en las conductas sociales”, aseguró Dubín en declaraciones realizadas a radio Continental.

En la tarde del miércoles, referentes de las distintas disciplinas de la salud que trabajan en las terapias intensivas se reunieron en la residencia presidencial de Olivos con Fernández, a quien le expusieron las exigencias y dificultades que deben enfrentar en sus tareas y su preocupación ante la posible saturación del sistema sanitario por el incremento de casos de coronavirus. Al respecto, Dubín explicó que el presidente “nos convocó porque estaba preocupado por la situación que venimos planteando, la deficiencia estructural de la terapia intensiva en la Argentina”.

El especialista consideró que el desborde del sistema sanitario ya no depende de la cantidad de camas o del equipamiento tecnológico que existe, sino de la escasez de los recursos humanos necesarios para manejarlo.

“La única estrategia para evitar un colapso sanitario es disminuir la propagación de la enfermedad y, para esto, también hay un único camino: el aislamiento”, enfatizó el especialista.

El médico enfatizó que la flexibilización que permite el consumo en veredas de bares y restaurantes, “se va a acompañar con un aumento en el número de casos, lo que va a complicar seriamente la viabilidad del sistema sanitario”.

Asimismo, cuestionó “las versiones edulcoradas de la realidad en las que se plantea que estamos en una meseta baja de 1.100 casos por día o que el sistema esta sólido, que no hay riesgo y que hay condiciones para hacer las aperturas”, y sostuvo que esas expresiones “no nos ayudan y facilitan esos comportamientos”.