Las conversaciones sobre el brexit parecen estar al borde del colapso después de que Gran Bretaña rechazara un ultimátum de la Unión Europea (UE) sobre los planes del gobierno que lidera Boris Johnson de violar el derecho internacional incumpliendo partes clave del acuerdo de retirada firmado en el mes de enero.

Este jueves se produjo un nuevo cruce luego de que la UE le diera plazo al gobierno británico hasta fin de mes para rever su postura. En caso contrario, desde el bloque se informó que el Reino Unido quedaría expuesto a sanciones financieras o comerciales, luego de que los abogados de la UE llegaran a la conclusión de que Gran Bretaña ya había violado el acuerdo de retirada al presentar el controvertido proyecto de ley del mercado interno.

Según informaron agencias internacionales, el vicepresidente de la Comisión Europea, el eslovaco Maros Sefcovic, se reunió este jueves en Londres con el ministro del gabinete británico, Michael Gove –un jerarca muy influyente dentro del Ejecutivo de Johnson– para “obtener aclaraciones del Reino Unido” sobre su controvertido proyecto de ley de mercado interior. Pero sus explicaciones no parecen haber calmado los ánimos: “Si se aprobara el proyecto de ley, constituiría una violación extremadamente grave del Tratado de Retirada y del derecho internacional”, afirmó.

El diplomático eslovaco expresó que con su actitud el gobierno británico “dañó seriamente la confianza entre la UE y el Reino Unido”, y para restablecerla llamó al ejecutivo de Johnson a retirar del texto las medidas relativas a Irlanda del Norte “lo antes posible y en cualquier caso antes de finales de mes”. También dejó en claro que a la Comisión Europea no le temblará el pulso a la hora de tomar medidas legales. “La UE no acepta el argumento de que el espíritu de la legislación es proteger el Acuerdo de Viernes Santo [el acuerdo de paz en Irlanda]. De hecho, considera que hace exactamente lo contrario”, expresó Sefcovic.

La situación llegó a un punto de tensión tal que el embajador alemán en Londres, Andreas Michaelis, escribió en su cuenta de Twitter: “En más de 30 años como diplomático, no he experimentado un deterioro tan rápido, intencional y profundo de una negociación”, de acuerdo a lo que consignó el diario inglés The Guardian.

Por su parte, el gobierno del Reino Unido ya había remarcado su postura de que el derecho británico permite al Parlamento aprobar una ley que va en contra del acuerdo sobre el brexit al que llegó con la UE. “El Parlamento es soberano en materia de legislación nacional y puede aprobar leyes que violen las obligaciones del tratado para el Reino Unido”, según una nota publicada por el Ejecutivo de Johnson.

La Cámara de los Comunes “no actuaría de manera inconstitucional aprobando esa legislación”, recalca esa aclaración legal. El Ejecutivo admite que ciertas cláusulas de la ley de mercado interno que comenzó a tramitar esta semana otorgan poderes que “podrían ser ejercidos de modo que sean incompatibles con las provisiones del acuerdo de salida” de la UE.