Pedro Sánchez, el presidente español, se reunió este lunes con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en un encuentro que tiene como marco el gran impacto que está teniendo la segunda ola de coronavirus en la capital española y sus zonas aledañas: es la región europea más afectada por este rebrote de la enfermedad.

Según consignó eldiario.es, en dos meses se pasó de una incidencia acumulada en 14 días de nueve casos por 100.000 habitantes a 659 casos. Además, nueve de las diez ciudades españolas con más casos en estas últimas dos semanas están en la Comunidad de Madrid –además de la propia capital, en esta lista figuran Parla, Alcobendas, Fuenlabrada, Collado Villalba, Torrejón de Ardoz, San Sebastián de los Reyes, Getafe y Alcorcón–, donde una de cada cinco camas de hospital está ocupada por alguien enfermo de coronavirus.

En el encuentro, celebrado en la sede de la Comunidad de Madrid, en pleno centro de la ciudad, el socialista Sánchez evitó criticar públicamente la gestión de Díaz Ayuso, del Partido Popular (PP), intentando proyectar una imagen de unidad que claramente no es nada más que una fachada, porque las discrepancias entre el gobierno central y el autonómico son muy grandes.

La reunión se dio el mismo día en que comenzaron a regir nuevas medidas de confinamiento en 37 zonas de la Comunidad de Madrid, que son las que presentan mayores índices de contagios y donde la circulación de la covid-19 está fuera de control, por lo que ya no se pueden rastrear las cadenas de transmisión del virus.

Los habitantes de estos lugares, que en total son algo más de 850.000 personas, sólo podrán entrar y salir de las jurisdicciones en las que viven con causas justificadas, como tener que ir a trabajar, a estudiar, a citas médicas o a cuidar a personas dependientes.

Para controlar el tráfico de personas, está previsto que se implemente un férreo control policial a partir del miércoles, día en que también entrarán en vigor las multas para aquellos que no cumplan con las disposiciones. Pero una particularidad que comparten las zonas que tendrán estas restricciones es que son las más pobres de la Comunidad de Madrid, las que tienen mayor densidad poblacional y en las que habita una proporción de inmigrantes muy por encima del promedio.

De acuerdo a lo que informó el diario madrileño El País, las restricciones se impusieron en las zonas donde existe una incidencia mayor de 1.000 casos por 100.000 personas en 14 días, mientras que en ningún barrio rico de Madrid se superan los 500 casos cada 100.000 habitantes, dejando claro que existe una relación clara entre la expansión de la enfermedad y los ingresos.

Esta situación generó la reacción del partido republicano Podemos, que forma parte de la coalición de gobierno que encabeza Sánchez. El sector que lidera Pablo Iglesias se desmarcó del mandatario y, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, acusó al gobierno madrileño que llevan adelante el PP y Ciudadanos de apostar “por la criminalización de la pobreza y la segregación”, algo que, a su entender, es “indecente e irresponsable”. “Se sabe que lo más eficaz para enfrentar el virus es el refuerzo de la sanidad, de la educación y del transporte público”, remarcaron desde Podemos.

Paralelamente, de acuerdo a lo que informó el portal Público, el portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, también a través de Twitter, atacó al Ejecutivo de Ayuso, acusándola de regalar “el dinero de los rastreadores y la atención primaria a sus amigos millonarios”, para después pedir “más policía para criminalizar a la gente trabajadora y a las personas migrantes”. “PP y Ciudadanos gobiernan gracias a la ultraderecha y eso se nota”, agregó Echenique. 

La situación en Madrid es grave, y en las próximas semanas se esperan protestas de personal de la salud y también de profesores, que están demandando sensibles mejoras en las condiciones en que deben llevar adelante sus tareas.

Palabras más, palabras menos

Durante la conferencia de prensa ofrecida con Sánchez luego de su reunión, Díaz Ayuso aseguró que la falta de rastreadores y las carencias en la atención primaria son “mantras” que vienen utilizando como “dardos” para atacar su gestión del coronavirus, al tiempo que volvió a realizar reproches al gobierno central. “Madrid es una España dentro de España. Solamente con actuaciones conjuntas, con un paraguas nacional, vamos a sacar esta actuación adelante”, afirmó la gobernante derechista, que se quejó de la falta de recursos humanos que tiene para gestionar la propagación de la pandemia, entre otros, personal de la salud y policías.

Además, la dirigente del PP le pidió a Sánchez que se refuerce el control de ingreso de personas en el aeropuerto de Barajas, que está bajo la órbita del gobierno central, por más que estudios han determinado que tan sólo 0,2% de los casos detectados en la Comunidad de Madrid tuvieron como origen la principal terminal aérea del país.

A su turno, Sánchez, en tono conciliatorio, dijo que esta “es una batalla epidemiológica y no ideológica”. “Invito a todos a dejar de lado la lucha partidista y centrarnos en lo importante, en lo que quiere la ciudadanía, que es ver a sus administraciones trabajando por un bien común”, remarcó el mandatario, quien dijo además, según consignó el portal EuropaPress que “necesitamos cambiar el clima político, porque la gente no quiere confrontación”.

Sánchez puntualizó también que aunque desea “de corazón” que las medidas que se adoptaron para contener la pandemia “den el resultado buscado”, el Ejecutivo y la Comunidad deben estar “listos” para contemplar “otros escenarios, si fuera preciso”.