En medio de la carrera hacia las elecciones presidenciales que se realizarán el 3 de noviembre, que por el momento lo tienen, de acuerdo a las encuestas, detrás del candidato demócrata Joe Biden, el presidente estadounidense, Donald Trump, nuevamente sugirió que puede haber irregularidades en los comicios debido al voto por correo.
El líder republicano, además, evitó especificar si habrá una transición normal del poder en caso de que no se imponga sobre su oponente.
Durante una conferencia de prensa desarrollada en la noche del miércoles al ser consultado sobre si garantizaba una transferencia pacífica del poder, Trump, de 71 años de edad, respondió: “Tendremos que ver lo que ocurre”, palabras que fueron replicadas por los medios estadounidenses. Posteriormente y tal como ha hecho en varias ocasiones en los últimos meses, reiteró las críticas al sistema de votación por correo, medio que en esta ocasión será mucho más utilizado de lo usual por la pandemia de coronavirus, cuestionando su fiabilidad.
“Saben que me he quejado mucho de las papeletas y las papeletas son un desastre”, dijo el republicano respecto del voto no presencial, que a su entender puede conducir a un fraude masivo.
Pero las palabras del mandatario fueron desmentidas este jueves, desde la propia Casa Blanca, además de ser criticadas, tanto desde tiendas demócratas como republicanas.
En una rueda de prensa, la vocera presidencial, Kayleigh McEnany, aseguró que “el presidente aceptará los resultados de una elección libre y justa”, según informó la agencia Associated Press.
Por su parte, Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Congreso, escribió en su cuenta de Twitter: “El ganador de las elecciones del 3 de noviembre será investido presidente el 20 de enero. Habrá una transición ordenada, como la ha habido cada cuatro años desde 1792”. Otro referente republicano, aunque con posiciones bastante divergentes con Trump, el senador Mitt Romney, dijo, también en Twitter, que “cualquier sugerencia de que un presidente podría no respetar esta garantía constitucional es impensable e inaceptable”.
Más dura aún, como era de esperar, fue la reacción de los demócratas. Nancy Pelosi, quien lidera la mayoría del partido opositor en la Cámara de Representantes, consideró “muy tristes” las dudas de Trump, a quien pidió que se “calmara”.
Pelosi le recordó a Trump que Estados Unidos no es Corea del Norte, Rusia, Turquía o Arabia Saudita, naciones que tienen líderes que, según expresó, son admirados por el líder republicano.